La historia de la Xbox

La idea de que Microsoft debía desarrollar su propia consola de juegos empezó a cobrar fuerza allá por 1998, Kevin Bachus, Seamus Blackley, Otto Berkes y Ted Hase formaron el primer equipo de la consola del gigante del software tras presentar su idea a Bill Gates. La consola, bautizada originalmente como DirectX Box, pretendía ser el primer sistema de juego construido como un PC, aportando toda la flexibilidad y potencia de un equipo de juegos al mercado de las consolas.

El sistema funcionaría con Windows 2000, lo que facilitaría a los desarrolladores de software tradicional para PC trabajar con la arquitectura de la consola, y contaría con más del doble de potencia de procesamiento que la PlayStation 2, líder del sector. A pesar de que el equipo de marketing creía que el nombre abreviado de «Xbox» no funcionaría, la etiqueta fue bien recibida por los grupos de discusión, proporcionando a la compañía uno de los elementos finales que necesitaba para correr el telón de su creación: Un nombre pegadizo.

Sólo dos años después, Microsoft estaba preparada para hacer pública su consola, y eso es exactamente lo que hizo Bill Gates en la Game Developers Conference de 2000. Con la presentación de las especificaciones mejoradas del sistema y la posibilidad de jugar en línea y almacenar internamente los contenidos descargados (juegos y medios), Gates consiguió captar la atención del mundo. Muchos seguían siendo escépticos ante lo que veían, pues no veían más que un elegante PC disfrazado de consola de juegos.

Microsoft siguió ampliando los límites de la consola y su presupuesto de marketing con más demostraciones en la Electronic Entertainment Expo unos meses después. Fue allí donde el desarrollador de Xbox conectó por primera vez con Bungie Studios, los creadores del shooter en tercera persona Halo: Combat Evolved. La compra de Bungie por parte de Microsoft, por valor de 30 millones de dólares, ocupó poco después los titulares de la industria del videojuego, pero fue la decisión de Bungie de adaptar Halo para aprovechar al máximo las capacidades de la nueva consola y convertirlo en un shooter en primera persona. Este fue el movimiento que ayudó a hacer historia.

Casi un año después, Bill Gates, con la ayuda de Dwayne «The Rock» Johnson, reveló el diseño final de la Xbox en el Consumer Electronics Show de 2001 en Las Vegas, junto con la fecha de lanzamiento oficial del sistema.

Llega el gran día

El 14 de noviembre, la sucursal de Toys ‘R’ Us en Times Square acogió el lanzamiento oficial de la Xbox, con la presencia de Bill Gates para dar el pistoletazo de salida al gran experimento de su compañía en el ámbito de los videojuegos. Las preocupaciones sobre el aspecto y el diseño del sistema, así como el precio de 299 dólares, se quedaron en el camino y más de un millón de consolas Xbox salieron de las estanterías en las tres semanas siguientes.

Un componente clave del éxito de la consola fue la popularidad de su juego estrella, Halo, que ofrecía la doble ventaja de ser exclusivo de la Xbox y de ser uno de los títulos del género de los shooters en primera persona más atractivos y rompedores que habían llegado a las estanterías en años. Las ventas de Halo batieron todos los récords anteriores, con más de un millón de copias vendidas en los primeros meses de su lanzamiento. Puede que no parezca mucho para los estándares actuales, pero alcanzar la marca del millón de unidades en aquella época era algo inaudito.

Aguas revueltas

Las fechas de lanzamiento de Xbox en Japón (22 de febrero de 2002) y Europa (14 de marzo de 2002) no tardaron en llegar, aunque el sistema no logró prender en ninguna de las dos regiones con la misma energía que impulsó su llegada a Norteamérica. En Japón, sólo se vendieron 123.000 unidades de Xbox en la primera semana de lanzamiento, lo que confirmaba el temor de Microsoft a que el sistema tuviera dificultades para introducirse en el difícil mercado extranjero.

Aunque la Xbox se vendió aparentemente bien en Norteamérica, el lanzamiento en general resultó problemático para Microsoft, cuyas expectativas para el sistema eran elevadas para los estándares de cualquier consola, y más aún para un sistema completamente nuevo. El elevado coste de fabricación de la Xbox no favoreció a su creador, por lo que el siguiente gran acontecimiento en la línea de tiempo del sistema fue aún más sorprendente.

El 18 de abril de 2002, Microsoft rebajó el precio de la Xbox de 299 a 199 dólares. Aunque la drástica reducción del precio hizo casi imposible que la empresa obtuviera beneficio alguno de las ventas del sistema, la medida consiguió animar a más hogares a llevarse una Xbox a casa. También permitió que la Xbox superara en ventas a la recién lanzada Nintendo GameCube en los años siguientes, estableciendo aún más a la Xbox como una fuerza a tener en cuenta en la guerra de las consolas.

¡Es en vivo!

Discutiblemente, el evento más importante en la evolución de la Xbox y el crecimiento del lugar de Microsoft en la industria de los juegos ocurrió en el primer cumpleaños de la consola con el lanzamiento de Xbox Live.

La largamente rumoreada red de juegos online de Microsoft ya había comenzado su fase de pruebas beta en agosto de 2002, pero el sistema se hizo público en noviembre con el Xbox Live Starter Kit. Los primeros usuarios pudieron disfrutar de una experiencia de juego multijugador totalmente nueva en la industria de las consolas, que enfrentaba a jugadores de todo el mundo en un entorno comunitario. Además de poder conectarse con amigos (y desconocidos), Xbox Live también permitía descargar nuevos contenidos y llevar la interacción multijugador a un nuevo nivel.

Con más de 150.000 suscriptores en su primera semana, Xbox Live fue un éxito rotundo, y las cifras siguieron creciendo exponencialmente para la red de juegos online de Microsoft en los años siguientes.

Un final a la vista

Aunque la base de fans de Xbox siguió creciendo con la incorporación de Xbox Live, no todo fue sol y ventas en los años siguientes. En febrero de 2003, Microsoft ya había empezado a planificar la próxima generación de Xbox, cuyo nombre en clave era «Xenon».

El popular desarrollador de juegos Electronic Arts no estaba de acuerdo con la estructura basada en la suscripción de Xbox Live y optó por no lanzar sus populares juegos de fútbol Madden para la Xbox en 2003, sólo para llegar a un acuerdo con Microsoft un año después. Además, la compañía seguía perdiendo dinero con cada consola vendida y, en 2004, la tecnología que había sido el mayor argumento de venta del sistema se había convertido en una de sus limitaciones más frustrantes.

A pesar de ello, Microsoft siguió adelante con nuevas funciones destinadas a convertir la Xbox -y sus herederos- en el centro multimedia online polivalente que se suponía que iba a ser desde el principio, con el lanzamiento de Xbox Live Arcade en noviembre de 2004.

Todavía no ha terminado

A pesar de los informes que hablaban de que la próxima gran cosa llegaría cualquier día, el lanzamiento de Halo 2 demostró que los rumores de la desaparición de la Xbox habían sido muy exagerados, hasta el punto de que se vendieron más de 2,5 millones de unidades en las primeras 24 horas en que el juego estuvo disponible. Los 125 millones de dólares de ventas de la esperada secuela la convirtieron en el lanzamiento más exitoso de cualquier producto de entretenimiento -ya sea un juego, una película o un álbum de música- en la historia de los consumidores hasta ese momento.

El éxito de Halo 2 contrastaba con el fracaso de las ventas de la propia Xbox, que seguía costando a Microsoft mucho más de lo que podía recaudar con las ventas.

La próxima X y el fin de una era

El 12 de mayo de 2005, Microsoft presentó la Xbox 360, la nueva generación de su consola de juegos. Con planes de lanzar la 360 en noviembre, la compañía esperaba claramente que un debut temprano -casi un año entero antes de la llegada de la PlayStation 3 y la Nintendo Wii- situaría a la 360 en una buena posición para dominar el mercado. También significaba que la escritura estaba en la pared para la Xbox original.

Más tarde, ese mismo año, la producción de la Xbox cesó oficialmente, con un recuento final de consolas vendidas de unos 24 millones de unidades. Aunque no era nada del otro mundo, la cifra estaba muy lejos de la predicción inicial de Microsoft de 50 millones de consolas Xbox en los hogares de todo el mundo. No se acercó a las ventas totales de la PS2, que llegó a vender más de 153 millones de unidades, pero la Xbox superó a la GameCube de Nintendo (que vendió 21 millones) y a la Dreamcast de Sega (que sólo vendió 10,6 millones). El último juego producido para la Xbox en Norteamérica, Madden 09, salió a la venta en agosto de 2008, y el soporte para el sistema se interrumpió en marzo de 2009. El último clavo en el ataúd de la consola se puso el 14 de abril de 2010, cuando se eliminó el acceso a Xbox Live para la Xbox original.

Mas ventas, más problemas

El lanzamiento de la Xbox 360 en Estados Unidos el 22 de noviembre de 2005, y en Europa y Japón al mes siguiente, supuso el agotamiento de las ventas en casi todos los mercados excepto en Japón, donde el sistema seguía luchando por encontrar un público. A finales de 2005, se habían vendido más de 1,5 millones de consolas, con lo que el sistema iba camino de convertirse en el nuevo amo del castillo de las consolas. Pero en las prisas por hacer llegar la 360 a los hogares, algunos problemas graves del sistema pasaron de largo.

No mucho después de que la 360 llegara al mercado, el término «Anillo Rojo de la Muerte» empezó a dar escalofríos a los jugadores de Xbox. Entre los diversos problemas de hardware y software que afectaban a los primeros modelos de la 360, un problema especialmente grave hacía que todo el sistema sufriera un error fatal y diera a los propietarios un anillo rojo de luz alrededor del botón de encendido de la consola. Los diversos fallos de estos primeros modelos obligaron a Microsoft a reparar y sustituir innumerables sistemas, y finalmente condujeron a una ampliación de la garantía de la consola para tener en cuenta todos los problemas.

Incluso con todos los problemas de los primeros usuarios del sistema, la 360 se vendió sorprendentemente bien. Y en enero de 2010, más de 39 millones de unidades habían llegado a los hogares.

Un nuevo juguete y una nueva imagen

Tanto en 2009 como en 2010, junio resultó ser un mes importante para la 360. En primer lugar, el periférico de control por movimiento y voz que acabaría convirtiéndose en Kinect se anunció en junio de 2009 en la convención E3 de ese año. Originalmente denominado «Proyecto Natal» (Microsoft utilizaba con frecuencia ciudades como nombres en clave, y la ciudad brasileña de Natal fue elegida en honor del director del proyecto, Alex Kipman, nacido en Brasil), se esperaba que el dispositivo revolucionara la forma en que los propietarios de la 360 interactuaban tanto con su consola como con los medios conectados a ella. El Kinect llegó a las estanterías en noviembre de ese año.

Un año después del anuncio del Kinect, Microsoft anunció que la Xbox 360 recibiría un importante rediseño, con un cuerpo más delgado, especificaciones internas mejoradas, puertos USB adicionales y Wi-Fi integrado. La «Xbox 360 S» llegó a las estanterías unos días más tarde, el 18 de junio de 2010.

Todo lo nuevo vuelve a ser viejo

Dados los cuatro años transcurridos entre el lanzamiento de la primera Xbox y la llegada de su sucesora, no es de extrañar que, después de seis años, en marzo de 2011 empezaran a circular rumores de que la 360 estaba de salida y que Microsoft ya estaba trabajando duro en su próxima consola. La primera serie de informes surgió en (de todos los lugares) LinkedIn, donde varios diseñadores y desarrolladores añadieron vagas descripciones de un misterioso nuevo proyecto en el que estaban trabajando con Microsoft. El tren de los rumores en Internet no se detuvo en cuanto empezó a funcionar, y en poco tiempo la nueva consola tenía incluso un nombre en clave no oficial: «Xbox 720».

Incluso con los rumores de la próxima generación, las ventas de la 360 siguieron afirmando la poderosa posición de Microsoft en la industria de los juegos de consola, y en septiembre de 2012 la compañía anunció que había alcanzado la marca de 70 millones de unidades vendidas, y en diciembre esa cifra había subido a 75 millones. Aunque las ventas de la 360 quedaron por detrás de la Wii de Nintendo, que vendió cerca de 100 millones, superó a la Ps3 en unos 5 millones. A esta noticia le siguió, un mes más tarde, el debut de Xbox Music y Xbox Video, los nuevos servicios multimedia de Microsoft que no sólo sustituían a los existentes en la Xbox, sino que ofrecían una atractiva integración, al estilo de Apple, en todos los dispositivos que ejecutaban el software de Windows.

Comencemos de nuevo

En mayo de 2013, Microsoft desveló por fin qué era lo siguiente para la marca Xbox, y no dejó especialmente contentos a los jugadores. El jefe de Xbox, Don Mattrick, presentó la próxima consola, la Xbox One, junto a una versión mejorada de Kinect y un soporte sin precedentes para la integración de la televisión.

En la superficie, el sistema parecía tener la oportunidad de competir con la PlayStation 4, que había sido anunciada a principios de ese año, pero los rumores que se arremolinaban sobre la posibilidad de que la Xbox One requiriera una conexión online y limitara las ventas de juegos usados eclipsaron las noticias sobre el propio sistema.

Cuando Microsoft llevó la Xbox One al E3 del mes siguiente, las cosas no fueron más fáciles. Según la tradición, Microsoft hizo su presentación antes que Sony, y reveló un precio de 500 dólares para su consola, con Kinect incluido en cada sistema. Esa misma noche, sin embargo, Sony no sólo confirmó que la PlayStation 4 no tendría requisitos online ni restricciones para los juegos usados, sino que costaría sólo 400 dólares. Si alguna vez hubo un golpe de gracia en una conferencia de prensa, este parecía serlo.

Justo después del E3, Mattrick reveló que cambiaría el rumbo en lo que respecta a los requisitos de conexión en línea y los juegos usados, en lugar de hacerlos funcionar como en la Xbox 360. Poco después, se marchó, y tras más sacudidas ejecutivas en la división, Phil Spencer fue finalmente nombrado Jefe de Xbox, cargo que sigue ocupando en la actualidad.

Un desvalido

A pesar del renovado entusiasmo en la marca Xbox tras la decisión de eliminar las características poco atractivas para el consumidor, la Xbox One se ha encontrado en una lucha casi constante para igualar las ventas de la PlayStation 4. La línea de juegos exclusivos del sistema ha sido extremadamente limitada, ya que los equipos de desarrollo first-party de Microsoft no han podido competir con la colección mucho mayor de los estudios de Sony, y muchos de los mejores juegos de la Xbox One también se lanzaron en PC.

Sin embargo, el segundo lugar también dio lugar a una enorme cantidad de innovación por parte de Microsoft. La compañía hizo que casi todos sus juegos first-party fueran compatibles entre plataformas, permitiendo a los amigos de PC y Xbox One jugar juntos e incluso permitiendo a los jugadores cambiar entre las dos plataformas sin perder el progreso. También introdujo Xbox Game Pass, un programa que ofrece a los suscriptores acceso ilimitado a una colección de juegos antiguos de Xbox, así como acceso inmediato a los últimos lanzamientos.

Una actualización de media generación también ayudó a que el hardware de Xbox One fuera tan atractivo -si no más- que el de PlayStation 4. La actualización de la Xbox One S redujo considerablemente el sistema, añadiendo compatibilidad con HDR y un reproductor de Blu-ray 4K, mientras que la Xbox One X era la consola más potente del mundo en el momento de su lanzamiento. Es capaz de jugar en 4K nativo, algo que ninguna otra videoconsola puede hacer de forma habitual, y el uso de la refrigeración por vapor permitió que la consola fuera aún más pequeña que la Xbox One S.

Un futuro más brillante

A pesar de los problemas de ventas de la Xbox One, los fans de Xbox tienen motivos para estar ilusionados con el futuro. En el E3 2018, Phil Spencer confirmó que tenía equipos trabajando en la creación de la próxima generación de sistemas Xbox, pero a diferencia del pasado, no parece que vaya a haber una consola, sino que podría haber varias.

Inicialmente conocida por su nombre de desarrollo interno «Scarlett», Microsoft presentó oficialmente la Xbox Series X durante The Game Awards 2019. La consola representa un aumento considerable de la potencia de Xbox One X, con 6DDR6 de RAM, 12 TFLOPS de potencia de GPU, un SSD NVMe y soporte para la resolución 8K. Se está comercializando como la consola más potente del mundo, y se especula que podría acabar siendo incluso más potente que la PlayStation 5 de Sony. Teniendo en cuenta las capacidades de trazado de rayos de la PS5 y su propia compatibilidad con la resolución 8K, eso sería toda una hazaña.

La Xbox Series X abandona el delgado diseño de la Xbox One S y la Xbox One X por algo mucho más voluminoso. El sistema se asemeja a una torre de PC, pero puede colocarse de lado, y cuenta con un gran número de rejillas de ventilación para mantenerse fresco. La consola contará con un nuevo mando que se asemeja en gran medida al diseño del mando de Xbox One, pero con un botón dedicado para «compartir» similar al de Nintendo Switch y PS4. El pad direccional también se ha cambiado para parecerse más al mando de Xbox Elite, pero los botones faciales, los sticks, los gatillos y los botones del hombro siguen siendo muy similares al diseño de Xbox One.

Microsoft anunció una nueva generación durante el E3 2019. Las fuentes oficiales se refirieron a la nueva generación como simplemente Xbox antes de desvelar el nombre de Xbox Series X. Se ha informado de una segunda máquina bastante menos potente que omitirá la unidad de disco y se ofrecerá a un precio reducido. Esto permitiría a los jugadores entrar en el nuevo ecosistema más rápidamente, y las propias exclusivas de la consola Xbox de Microsoft también serán compatibles con los sistemas Xbox One durante al menos un año después del lanzamiento de la Serie X. Esto incluye Halo Infinite, que también llegará a PC.

Tras experimentar con la iniciativa Project xCloud, Microsoft anunció recientemente que los jugadores podrían acceder a un servicio de juego en la nube. Microsoft pretendía incorporar un servicio de juego en la nube con su actual suscripción a Xbox Game Pass Ultimate, a partir de septiembre de 2020.

Como Stadia, un servicio de juego en la nube, se está haciendo increíblemente popular entre los jugadores, Microsoft tenía que dar un paso adelante para poder mantenerse en la competencia. La iniciativa xCloud y la nueva función de juego en la nube Game Pass son esos esfuerzos para competir directamente con servicios como Stadia.

El CEO Satya Nadella declaró que la compañía se refería internamente al esfuerzo de xCloud como «Netflix para juegos». Con la vista previa de xCloud, se obtienen 50 juegos. También puedes acceder a la mayoría de ellos a través del programa de computación en la nube Game Pass. Microsoft anunció que tienen más de 100 títulos listos para añadir una vez que xCloud se haga público oficialmente.

Aunque sería increíble si sólo tuviéramos que depender de los servicios de streaming de juegos en lugar de los PC y las consolas de juegos, todavía no hemos llegado a este nivel de innovación. Sin embargo, Microsoft está preparando algo interesante para sus clientes, tanto si les gusta usar una consola como si les gusta hacer streaming. La idea de que son una empresa del pasado debe haberles obligado a desarrollar nuevos productos y adaptarlos a las preferencias de sus clientes.

En el mundo actual, las empresas se ven continuamente empujadas a modificar y ampliar sus productos y servicios; Microsoft ha optado por apaciguar a sus fieles clientes en un esfuerzo por mantenerlos. Ya no puede permitirse ignorar la demanda de los clientes para diversificar sus opciones. La empresa debe seguir ampliando su fabricación para incluir varios sistemas que los clientes puedan elegir según sus necesidades individuales. Debido a que Microsoft se está volviendo tan flexible y trabaja activamente para mantener a sus clientes, es probable que empuje a la Xbox de nuevo a la cima de la lista de consolas de juegos.

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