El TDAH es un término general que incluye el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno por Déficit de Atención (TDA) sin hiperactividad.1

Algunas personas con TDAH pueden tener importantes problemas de atención, parecer inquietas, intranquilas, hiperactivas e impulsivas.

El TDAH es una condición neuroconductual que puede ser el resultado de una serie de factores que afectan al desarrollo y funcionamiento del cerebro. Los estudios demuestran que el TDAH puede afectar a ciertas áreas del cerebro que nos permiten resolver problemas, planificar, comprender las acciones de los demás y controlar nuestros impulsos.2

¿Cuáles son los signos y síntomas?

El TDAH puede clasificarse en tres áreas: atención, hiperactividad e impulsividad. Una persona con TDAH puede mostrar una serie de síntomas en una o más de estas áreas, por ejemplo:

  • no prestar atención a los detalles y cometer errores por descuido
  • tener problemas para terminar el trabajo o los proyectos escolares
  • experimentar dificultades para prestar atención y distraerse con facilidad
  • estar siempre ‘en movimiento’
  • ser impaciente
  • ser hiperactivo y/o mostrar un comportamiento impulsivo.

¿Qué causa el TDAH?

Las causas del TDAH aún no se conocen del todo, aunque es probable que una combinación de factores (incluyendo la genética y la función y estructura del cerebro) sea la responsable. Ciertos grupos pueden tener más riesgo de padecer TDAH que otros, como los bebés nacidos prematuramente, los bebés con bajo peso al nacer, los individuos con epilepsia o los individuos con daños cerebrales.

¿Se supera el TDAH con el tiempo?

Algunos niños superan el TDAH con el tiempo, otros tienen problemas que continúan en la adolescencia y más allá.

Aproximadamente la mitad de los niños con TDAH siguen teniendo dificultades a los 18 años.3 Los principales síntomas del TDAH, como las dificultades de atención, pueden mejorar a medida que los niños crecen, pero los problemas de comportamiento, como la desobediencia o la agresividad, pueden empeorar si el niño no recibe ayuda.

Los síntomas del TDAH pueden presentarse de forma diferente. Por ejemplo, los niños con un diagnóstico de TDAH pueden ser más problemáticos en el aula que las niñas.4 Por lo tanto, es muy importante que los niños reciban ayuda lo antes posible, para evitar que se aíslen socialmente y que desarrollen otros problemas emocionales y de comportamiento que pueden persistir en la vida adulta.

¿Ayuda la medicación?

El TDAH suele tratarse con medicamentos estimulantes. La teoría es que la medicación puede reducir la captación o aumentar la producción de los neurotransmisores, incrementando así los niveles en el cerebro.5

Aunque la medicación no cura el TDAH, puede ayudar a reducir los difíciles síntomas derivados del mismo. Dado que la medicación estimulante puede tener efectos secundarios, como inquietud, dificultad para dormir y dolores de cabeza, esta decisión debe discutirse con el médico de cabecera.

Las formas no médicas de manejar el TDAH incluyen el ejercicio, la dieta saludable, el manejo del sueño y las terapias conductuales.

  1. Epstein, J., & Loren, R. (2013). Cambios en la definición de TDAH en el DSM-5: sutiles pero importantes. Neuropsiquiatría, 3(5), 455-458.
  2. Curatolo, P., D’Agati, E., & Moavero, R. (2010). Las bases neurobiológicas del TDAH. Revista Italiana de Pediatría, 36(1), 79. 9
  3. Lipkin, P., & Mostofsky, S. (2007). Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Neurobiología de la enfermedad, 631-639.
  4. Bruchmüller, K., Margraf, J., & Schneider, S. (2012). Se diagnostica el TDAH de acuerdo con los criterios de diagnóstico? Sobrediagnóstico e influencia del género del cliente en el diagnóstico. Journal Of Consulting And Clinical Psychology, 80(1), 128-138.
  5. Brennan, A., & Arnsten, A. (2008). Neuronal Mechanisms Underlying Attention Deficit Hyperactivity Disorder. Annals Of The New York Academy Of Sciences, 1129(1), 236-245.