Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, aproximadamente el 7,5% de los niños en edad escolar de este país padecen un trastorno por déficit de atención (TDA) o un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Según el Dr. L. Eugene Arnold, profesor emérito de psiquiatría y salud conductual del Centro Nisonger del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, aproximadamente la mitad de los niños con TDAH desarrollarán también un «trastorno de oposición al desafío o un trastorno de conducta que implicará agresividad». Arnold añade que es más común en los tipos de TDAH hiperactivo-impulsivo y combinado.

Hay tres tipos de TDAH: el tipo inatento, que implica la incapacidad de prestar atención; el tipo hiperactivo-impulsivo, que implica la necesidad de moverse con frecuencia y tener dificultades para controlar los impulsos; y el tipo combinado o combinado, que incluye sentir la necesidad de moverse constantemente además de la incapacidad de prestar atención.

Se diagnostica la DOD cuando existe un patrón de ira, arrebatos, irritabilidad y desafío. Algunos ejemplos de este tipo de comportamiento son llorar, quejarse, lanzar algo, pegar a alguien, maldecir, dar pisotones o romper una tarea. Arnold explica que estos comportamientos no son el resultado de ser voluntariamente desafiante, sino de tener un pobre control sobre la regulación emocional. Ellen Braaten, directora del Programa de Evaluación del Aprendizaje y las Emociones del Hospital General de Massachusetts, continúa explicando que los niños con TDAH «tienen más cosas por las que sentirse frustrados… y son más propensos a actuar sobre algo con inmediatez y cierto grado de intensidad en el momento en que surge el impulso».

Al igual que con otros tipos de TDAH, tal y como afirma un estudio financiado por el Instituto Nacional de Salud Mental, los mejores resultados son fruto de la medicación más la terapia conductual. La terapia conductual puede mejorar el comportamiento, el autocontrol y la autoestima del niño. Pero como algunos medicamentos para el TDAH son estimulantes, aunque «a menudo pueden ser útiles para controlar los comportamientos impulsivos… al mismo tiempo, en realidad aumentan la irritabilidad que puede conducir a la agresión», según Braaten. Se están realizando estudios para evaluar la eficacia de los medicamentos no estimulantes.

Un artículo del Journal of Child and Adolescent Psychopharmacology afirma que el TDAH con agresividad impulsiva es un grave problema clínico y de salud pública porque es «fuertemente predictivo de una trayectoria de desarrollo altamente desfavorable caracterizada por el potencial de un TDAH persistente, el aumento de la carga psicosocial, la acumulación de comorbilidades, los graves déficits funcionales a lo largo de la vida en una amplia gama de dominios, la delincuencia/criminalidad y el comportamiento antisocial adulto.»

La investigación es fundamental para ayudar a reducir estos riesgos y mejorar la calidad de vida de los niños diagnosticados con TDAH con agresividad, y sus seres queridos. Meridien Research tiene estudios que se están inscribiendo ahora. Para obtener más información o para ver si usted o alguien que usted conoce puede calificar para participar, por favor póngase en contacto con nosotros hoy en 888-777-8839 o visite nuestras páginas de estudio individuales.