Aprenda sobre la prevención y el tratamiento de la tendinitis rotuliana.

Los expertos en salud de todo el mundo están de acuerdo en que la actividad física es buena para el cuerpo, pero ¿qué hacer cuando le causa dolor? El dolor de rodilla, en particular, puede ser un impedimento para el ejercicio consistente, y empujar a través del dolor puede conducir a lesiones del tejido como la tendinitis rotuliana. Si usted o un ser querido corren el riesgo de desarrollar una tendinitis rotuliana, consulte la siguiente guía completa sobre esta afección y su prevención y tratamiento.

Definición de la tendinitis rotuliana

El tendón rotuliano es un tendón corto y ancho que va desde la rótula hasta la parte superior de la tibia. Trabaja con los músculos del muslo para extender la rodilla en los procesos de correr, saltar y patear. La tendinitis rotuliana, por lo tanto, es una lesión de la rótula (también conocida como rodilla de saltador porque se produce con mayor frecuencia en atletas de deportes de alto impacto como el baloncesto, la carrera y el voleibol). La tensión en la rótula hace que ésta desarrolle pequeños desgarros. A medida que estos desgarros se multiplican, causan dolor, inflamación y debilidad en el tendón.

Signos y síntomas

El dolor es el síntoma principal de la tendinitis rotuliana, que suele emanar de entre la rótula y el punto de conexión del tendón con la tibia (espinilla). Este dolor puede aparecer inicialmente sólo durante o inmediatamente después de la actividad física, y luego empeorar gradualmente hasta que interfiere con las actividades deportivas y/o las rutinas y movimientos diarios (levantarse de una silla, subir escalones, etc.).

Los pacientes que experimentan estos síntomas pueden aplicar primero medidas de autocuidado (poner hielo en la zona, reducir o evitar las actividades que agravan la lesión), pero deben consultar a sus médicos cuando el dolor persiste o empeora, cuando la rutina y las actividades diarias se ven afectadas, o cuando la zona dolorosa desarrolla enrojecimiento y/o hinchazón. No intente aguantar el dolor. Ignorar estas señales de advertencia puede provocar desgarros cada vez mayores en el tendón rotuliano y, en última instancia, desarrollar una afección más grave, la tendinopatía rotuliana.

Prevención

Las siguientes prácticas pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar una tendinitis rotuliana:

  • Fortalezca sus músculos. Los músculos fuertes del muslo alivian las tensiones que pueden causar la tendinitis rotuliana. Los ejercicios de fortalecimiento de la tendinitis rotuliana, como las sentadillas lentas y los ejercicios de equilibrio en particular, pueden ayudar a reforzar estos músculos.

  • Mejora tu técnica. Para asegurarse de que utiliza los movimientos adecuados y un movimiento seguro y eficaz, consulte a un profesional o experto cuando empiece a practicar un nuevo deporte o a utilizar equipos de ejercicio.

  • ¡No juegue con el dolor! La primera vez que notes un dolor en la rodilla como consecuencia de la actividad física, ponte hielo en la zona y descansa. Hasta que su rodilla vuelva a moverse sin dolor, evite las actividades que estresen su tendón rotuliano.

Opciones de tratamiento no quirúrgico

Si el dolor se desarrolla o persiste a pesar de sus esfuerzos, consulte a su médico. Los médicos suelen empezar a tratar la tendinitis rotuliana con medidas más conservadoras como:

  • Alivio del dolor: los medicamentos de venta libre como el ibuprofeno o el naproxeno sódico pueden proporcionar un alivio a corto plazo del dolor.

  • Hielo – Aplique hielo después de la actividad que le cause dolor, o pruebe a realizar un masaje con hielo.

  • Descanso y/o reducción de la actividad – cambiar temporalmente a un deporte de menor impacto o dejar de hacer deporte por completo durante un tiempo puede dar a su tendón tiempo para curarse y repararse. A medida que los síntomas disminuyan, la actividad debe reintroducirse gradualmente para no volver a lesionar la rótula.

Si los síntomas persisten o empeoran a pesar de estas medidas, su médico puede recomendar otras terapias como:

  • Inyección de corticosteroides: una inyección de esteroides en la zona que rodea el tendón rotuliano puede ayudar a aliviar el dolor en algunos pacientes.

  • Inyección de plasma rico en plaquetas: este tipo de inyección relativamente nuevo utiliza las propias plaquetas del paciente inyectadas en la zona lesionada para modificar la inflamación y comenzar el proceso de curación.

Fisioterapia

Mantener los ligamentos de la rodilla sueltos y flexibles ayuda a sostener la rótula durante los períodos de actividad. En concreto, su médico puede recomendar:

  • Estiramientos – Los ejercicios de estiramiento constantes y dirigidos pueden ayudar a alargar estratégicamente la conexión músculo-tendón y a reducir los espasmos musculares.

  • Ejercicios de fortalecimiento – Los ejercicios de los músculos del muslo, especialmente extendiendo y bajando lentamente las piernas, pueden ayudar a aliviar la tensión en la rótula.

  • Correa para el tendón rotuliano – Esta férula personalizada aplica presión al tendón rotuliano, aliviando el dolor sin restringir el movimiento al distribuir el impacto lejos del tendón y dentro de la correa.

  • Iontoforesis – La iontoforesis es una técnica de fisioterapia en la que se extiende un medicamento corticoesteroide sobre la piel y, a continuación, una baja carga eléctrica empuja el medicamento hasta la zona afectada.

El primer paso para cualquier persona con signos y síntomas de tendinitis rotuliana debe ser consultar a su médico de inmediato. Cuando necesite un tratamiento más especializado, los expertos del Instituto Ortopédico Rothman pueden ayudarle a decidir qué opciones son las adecuadas para usted.

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