En septiembre de 1533, la segunda esposa de Enrique VIII, Ana Bolena, dio a luz a una hija llamada Isabel (la futura Isabel I).

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La otra hija de Enrique, María, había sido efectivamente bastarda cuando el rey se divorció de su madre, Catalina de Aragón. Tras el nacimiento de Isabel, una ley del Parlamento declaró ilegítima a María, de 17 años.

Tanto Isabel como María acabaron reinando como reinas de Inglaterra, pero ¿qué pensaban la una de la otra las hermanastras? Como revela la historiadora Tracy Borman, las dos hijas de Enrique VIII no eran necesariamente rivales temibles…

Hechos sobre María Tudor

María I, también conocida como María Tudor o «María la Sangrienta», era la hija de Enrique VIII y su primera esposa, Catalina de Aragón.

Nació: 18 de febrero de 1516

Murió: 17 de noviembre de 1558

Reinó: 1553-58

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Hechos sobre Isabel I

Elizabeth I, también conocida como ‘Gloriana’ o la ‘Reina Virgen’, fue la hija de Enrique VIII y su segunda esposa, Ana Bolena.

Nació: 7 de septiembre de 1533

Murió: 24 de marzo de 1603

Reyó: 1558-1603

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La historiadora Tracy Borman explica…

«Deberían haber sido enemigas desde el principio, pero en realidad estaban muy unidas cuando Isabel era una niña. Esto se debió a que María -que era 17 años mayor que su hermanastra- se apiadó de Isabel.

«Cuando la madre de Isabel, Ana Bolena, fue ejecutada, Isabel perdió el favor. En realidad no tenía nada que ver con su padre, Enrique VIII. Fue gracias a María -que era una mujer bastante maternal y amable (no solemos ver ese lado de ella)- que Isabel fue rehabilitada con su padre.

  • ¿Qué pensaba María Tudor de sus madrastras, incluida Ana Bolena?

Deberían haber sido enemigas desde el principio, pero de hecho estaban muy unidas cuando Isabel era una niña

«Isabel también aprendió de María. De hecho, aprendió lo que no debía hacer. María se casó con un extranjero, Felipe de España, lo que fue un anatema para sus súbditos ingleses, que tendían a odiar a los extranjeros. Como reina, también había sido muy dogmática en materia de religión y eso había alejado a más gente.

«Isabel, cuando se convirtió en reina, decidió no casarse. Porque, ¿a quién iba a elegir? También buscó una religión más moderada, y no famosa por hacer ‘ventanas en los corazones de los hombres'»

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Tracy Borman estuvo hablando con Rachel Dinning en el Fin de Semana de la Historia 2017 de la revista BBC