El sarampión es un virus altamente infeccioso y una de las principales causas de mortalidad infantil a nivel mundial. Se transmite de persona a persona a través de gotitas cuando las personas infectadas estornudan o tosen. Los síntomas iniciales suelen aparecer entre 10 y 12 días después de la infección y comprenden fiebre alta, secreción nasal, ojos inyectados en sangre y pequeñas manchas blancas en el interior de la boca. Varios días después, aparece una erupción en la cara y el cuello, que se extiende gradualmente hacia abajo. Las complicaciones más graves del sarampión son la ceguera, la encefalitis (una infección que provoca inflamación del cerebro), la diarrea grave y la neumonía, entre otras. En todo el mundo, se estima que 140.000 personas murieron de sarampión en 2018.

La rubéola suele ser leve cuando se padece en la infancia y la adolescencia, pero a menudo puede provocar complicaciones graves e incluso mortales para el feto cuando una mujer sin protección se infecta al principio del embarazo. Una infección durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo o defectos congénitos en el feto, como deficiencias auditivas, defectos oculares y cardíacos y otras discapacidades de por vida, como autismo, diabetes mellitus y disfunción tiroidea. La rubéola se transmite a través de las gotitas de aire de la nariz, la boca o la garganta de las personas infectadas.

Las infecciones de sarampión y rubéola se pueden prevenir mediante la vacunación. Todos los países de la Región Europea de la OMS han integrado vacunas altamente eficaces y seguras contra el sarampión y la rubéola en sus programas de inmunización rutinarios. A pesar de ello, debido a las persistentes deficiencias en la cobertura de inmunización, siguen apareciendo brotes de sarampión y rubéola.

Eliminación del sarampión y la rubéola en la Región Europea

Todos los Estados miembros de la Región se han comprometido con el objetivo de eliminar el sarampión y la rubéola, tal y como establece el Plan de Acción Europeo sobre Vacunas. La OMS/Europa proporciona apoyo técnico a los Estados miembros para garantizar la plena aplicación del Plan.