Es un consejo clásico cuando tu hijo tiene fiebre: Alterne Tylenol y Motrin durante todo el día para mantener la fiebre baja.

Pero, ¿ayuda? ¿Es necesario?

Personalmente creo que no…y aquí hay 4 razones por las que:

1. No trato los números, ni las temperaturas ni los tiempos.

Cuando tu hijo tiene fiebre, a veces no es tan mala idea dejarlo estar. Si el niño no está muy incómodo y bebe bien, es razonable no tratar aunque su temperatura sea alta. Si quieres más información, lee este estupendo post del Dr. Paul Offit titulado «The Case for Letting Fever Run It’s Course». La conclusión es que tratar la fiebre puede, de hecho, hacer que los síntomas duren más y que el niño sea contagioso durante más tiempo que si se deja que siga su curso.

En conclusión: Si tratar el termómetro no es la mejor idea, ¿debemos tratar a un niño cada tres horas, a todas horas, por si acaso? Tal vez no.

2. Podría mantener la temperatura más baja, pero no hace que los niños se sientan mejor.

Ha habido algunos estudios que sugieren que tratar la fiebre de forma programada podría mantener la temperatura del niño más baja. Por lo tanto, es probable que funcione para hacer eso. Lo interesante de esos estudios es que cuando se pregunta a los padres cómo creen que se controla la fiebre, ambos grupos informan de que el control de la fiebre es adecuado.

En resumen: Aunque la temperatura fuera más baja, los padres no podían notar la diferencia en cómo se sentía el niño.

3. Aumenta el riesgo de dosis extra.

Cuando su hijo está enfermo, usted está cansado y estresado, las cosas son lo suficientemente complicadas. El riesgo de dosis extra es significativamente mayor cuando está alternando medicamentos. Aunque el riesgo de una dosis extra aquí y allá probablemente no es alto, si hay poco o ningún beneficio, elijo no arriesgarme.

Finalmente: Si va a alternar dosis, escríbalas en algún lugar para llevar un control.

4. Soy perezoso y me supone demasiadas molestias.

Este no es uno de esos temas por los que estoy dispuesto a iniciar una gran pelea con otro médico o paciente… pero teniendo en cuenta los tres puntos anteriores, combinados con mi deseo de mantener todo lo más sencillo posible, personalmente no alterno los antifebriles para mis hijos y no lo recomiendo de forma rutinaria a mis pacientes.