Los roedores constituyen el mayor grupo de mamíferos, representando aproximadamente el 43 por ciento de todas las especies de mamíferos. Las familias del orden Rodentia incluyen ratas, ratones, puercoespines, hámsters, castores, ardillas, ardillas listadas, lemmings, ratas almizcleras y cobayas (los conejos no son roedores). El tamaño de estas familias oscila entre los ratones pigmeos, que miden 12 centímetros y pesan 4 gramos, y los carpinchos, que miden 100 centímetros y pueden pesar 50 kilos. La mayoría de los roedores son animales relativamente pequeños, como los ratones, las ratas y las ardillas.

Aunque existe una amplia gama de características entre las familias, la característica que diferencia a los roedores de los demás miembros de la familia son sus dientes. Los roedores tienen un par de incisivos superiores (los dientes en forma de cincel de la parte delantera de la boca) y un par de incisivos inferiores. Estos dientes crecen continuamente a lo largo de su vida. Las superficies exteriores de los incisivos tienen una gruesa capa de esmalte (sustancia blanca y dura). Detrás de los incisivos hay un gran hueco en las filas de dientes. No hay caninos, dientes en forma de pala situados junto a los incisivos. Normalmente sólo hay unos pocos molares en la parte posterior de las mandíbulas. El número de dientes rara vez supera los veintidós.

El nombre Rodentia proviene del verbo latino rodere que significa roer, un nombre adecuado para un roedor que está constantemente royendo. Los dientes incisivos de los roedores crecen a lo largo de su vida y los trituran para desgastarlos. Si por alguna razón el roedor no es capaz de desgastar sus incisivos, las puntas pueden crecer una al lado de la otra y seguir creciendo hacia fuera en espiral. Esto puede provocar que los dientes superiores perforen el techo de la boca y que los inferiores crezcan hacia arriba delante de la nariz, lo que podría matar al animal.

En general, los roedores tienen un cuerpo compacto con patas cortas. Suelen tener de cuatro a cinco dedos en cada una de las patas delanteras y de tres a cinco en las traseras. Generalmente, la planta del pie está desnuda. Algunos roedores, como los hámsters y los tuzas, tienen bolsas en las mejillas que les permiten almacenar y transportar comida. La cola de algunas especies de roedores se rompe cuando estos animales son atrapados por la cola, lo que les permite escapar. La cola vuelve a crecer parcialmente.

Otras características físicas de los roedores varían mucho según la especie y el lugar en el que vive. Por ejemplo, los roedores que viven en el desierto, como las ratas canguro americanas, los ratones saltadores australianos y los jerbos norteafricanos, tienen patas traseras largas y estrechas y una cola larga que les sirve para saltar sobre el suelo arenoso del desierto. Todos ellos tienen un oído bien desarrollado, extremidades delanteras pequeñas y una coloración pálida. Los animales que viven en el agua o cerca de ella, como el carpincho y el castor, pueden tener patas palmeadas o parcialmente palmeadas y colas modificadas para nadar.