El retorno de la inversión, o ROI, es el ratio de rentabilidad más común. Hay varias formas de determinar el ROI, pero el método más utilizado es dividir el beneficio neto entre los activos totales. Así, si su beneficio neto es de 100.000 dólares y sus activos totales son de 300.000 dólares, su ROI sería de 0,33 o 33 por ciento.

El retorno de la inversión no es necesariamente lo mismo que el beneficio. El retorno de la inversión se refiere al dinero que se invierte en la empresa y al rendimiento que se obtiene de ese dinero en función del beneficio neto del negocio. El beneficio, en cambio, mide el rendimiento de la empresa. No hay que confundir el ROI con el rendimiento de los fondos propios. Este es un elemento totalmente diferente también. Sólo en las empresas unipersonales el patrimonio neto es igual a la inversión total o a los activos de la empresa.

Puede utilizar el ROI de varias maneras diferentes para medir la rentabilidad de su negocio. Por ejemplo, puede medir el rendimiento de sus políticas de precios, la inversión en inventario, la inversión en equipos de capital, etc. Otras formas de utilizar el ROI dentro de su empresa son:

  • Dividir los ingresos netos, los intereses y los impuestos entre el total de pasivos para medir la tasa de ganancias del capital total empleado.
  • Dividir los ingresos netos y los impuestos sobre la renta entre el capital propio y el pasivo fijo para producir una tasa de ganancias sobre el capital invertido.
  • Dividir los ingresos netos entre el capital total más las reservas para calcular la tasa de ganancias sobre el capital propio y el capital social.