Objetivo: Evaluar la morbilidad y el resultado neurológico a largo plazo en un grupo de lactantes de peso extremadamente bajo al nacer (ELBW; <1000 g) y correlacionar el resultado neurológico en un pequeño grupo de lactantes con retraso de crecimiento intrauterino (IUGR) con los índices Doppler en la arteria umbilical.
Métodos: Se incluyeron en el estudio ciento ochenta y tres nacidos vivos con peso al nacer <1000 g y edad gestacional < o=34 semanas. Se evaluó la mortalidad y morbilidad neonatal. A los 24 meses de edad corregida se realizó una evaluación del desarrollo neurológico de los niños por parte de neuropsiquiatras pediátricos. Los niños fueron clasificados como: normales, con secuelas neurológicas menores y con secuelas neurológicas mayores. La evaluación de la velocimetría de la arteria umbilical se aplicó a 84 fetos que presentaban RCIU y los patrones velocimétricos se correlacionaron con el resultado neurológico.
Resultados: En los 183 recién nacidos dados de alta del Departamento de Neonatología, el síndrome de dificultad respiratoria (SDR) fue la patología más frecuente (76,6%); menos frecuentes fueron la displasia broncopulmonar (DBP; 19,5%), el conducto arterioso persistente (DAP; 29,7%) y la enterocolitis necrotizante (ECN; 5,5%). La retinopatía del prematuro (ROP) afectó a 34 niños (26,6%), y el 14,8% de los niños desarrolló hemorragia intraventricular (IVH) y el 14,1% leucomalacia periventricular (PVL). De los 183 niños incluidos en el estudio, 107 tuvieron una evaluación neurológica a los dos años: 22 (20,6%) sufrieron secuelas neurológicas graves, 20 (18,7%) secuelas neurológicas menores y 65 (60,7%) tuvieron un desarrollo neurológico normal. En 84 fetos con RCIU se realizó una evaluación Doppler de la arteria umbilical: la incidencia de niños neurológicamente normales fue del 67% en el grupo con velocimetría umbilical normal, del 93% en el grupo con resistencias umbilicales aumentadas, y del 59% en aquellos con velocidad diastólica final ausente o invertida (DRA).
Conclusiones: Este estudio, confirma que un peso extremadamente bajo al nacer implica un alto riesgo de mortalidad perinatal y morbilidad neonatal, pero que la variable más significativa que se puede correlacionar con el resultado neurológico a largo plazo es la edad gestacional.
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