Las purinas desempeñan muchas funciones importantes en la célula, siendo la formación de los precursores monoméricos de los ácidos nucleicos ADN y ARN la más relevante. Las purinas, que también contribuyen a modular el metabolismo energético y la transducción de señales, son componentes estructurales de algunas coenzimas y se ha demostrado que desempeñan papeles importantes en la fisiología de las plaquetas, los músculos y la neurotransmisión. Todas las células necesitan una cantidad equilibrada de purinas para crecer, proliferar y sobrevivir. En condiciones fisiológicas, las enzimas implicadas en el metabolismo de las purinas mantienen en la célula una proporción equilibrada entre su síntesis y su degradación. En los seres humanos el compuesto final del catabolismo de las purinas es el ácido úrico. Todos los demás mamíferos poseen la enzima uricasa que convierte el ácido úrico en alantoína que se elimina fácilmente por la orina. Se ha demostrado que la sobreproducción de ácido úrico, generada a partir del metabolismo de las purinas, desempeña papeles emergentes en las enfermedades humanas. De hecho, el aumento del ácido úrico en suero está inversamente asociado con la gravedad de las enfermedades y especialmente con los estados de enfermedad cardiovascular. Esta revisión describe las vías enzimáticas implicadas en la degradación de las purinas, adentrándose en su estructura y bioquímica hasta la formación del ácido úrico.