Se necesita un complejo combo de señales del pene y del cerebro.

Anthea Levi

23 de febrero de 2018

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Llegar a la ciudad de O puede ser complicado, no solo para las mujeres, sino también para los chicos. De hecho, en el cuerpo de un hombre tienen que pasar muchas cosas antes de llegar al clímax. Tal y como explica el urólogo Aaron Spitz en su nueva guía El libro del pene, tanto el pene como el cerebro deben generar una combinación específica de señales que «saltan de nervio en nervio y se reúnen en una parte especializada de la parte inferior de la columna vertebral conocida como «centro espinal de la eyaculación»». El centro espinal de la eyaculación aprieta entonces el gatillo para «disparar la artillería pesada»

Entonces, ¿cuáles son esas señales específicas necesarias para lanzar un orgasmo? El Dr. Spitz detalla todo el proceso en su libro. Por supuesto, las sensaciones de tacto, presión y vibración en su pene preparan a tu chico. Pero también hay otras informaciones sensoriales que desempeñan un papel importante: «La vista es uno de los sentidos más importantes para excitar a un hombre», dice el Dr. Spitz, y las señales visuales que excitan a un hombre (por ejemplo, un vistazo a tu nuca) pueden ser exclusivas de él.

También hay que tener en cuenta «los olores eróticos lujuriosos y húmedos (¿es látex?), toques eróticos (ligeros roces, masajes profundos o tal vez unos azotes), sonidos eróticos (respiraciones, gemidos o conversaciones sucias) y sabores eróticos (piel salada, labios húmedos o tal vez un poco de miel rociada)» Luego está lo que ocurre en su mente: «Añada a la mezcla las fantasías, los pensamientos y los recuerdos que rebotan en la corteza cerebral, haciendo todo tipo de conexiones interesantes», dice el Dr. Spitz.

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Sin embargo, eso no es todo. El hipotálamo y la glándula pituitaria -que se encuentran en las profundidades del cerebro, por debajo de la corteza cerebral- liberan hormonas en la sangre que indican a los testículos que deben producir esperma y testosterona. «La testosterona circula de vuelta al cerebro, donde aviva el fuego del deseo sexual», escribe el Dr. Spitz, evocando pensamientos y fantasías calientes, y haciendo que toda la estimulación sensorial que nos inunda sea aún más caliente.

El centro profundo del cerebro también libera oxitocina, también conocida como la hormona del amor. Esta es la llave final que ordena al centro espinal de la eyaculación hacer lo suyo y… ¡boom!

Ahora retrocedamos un poco: Justo momentos antes del clímax, «el cóctel de semen», como lo llama el Dr. Spitz (una inyección de esperma y dos mezcladores), comienza a acumularse en la uretra. Cuando un hombre llega al orgasmo, los músculos de la base del pene aprietan la uretra para bombear el semen. «Estas contracciones son las que la mayoría de los hombres asocian con una fuente primaria de placer durante el orgasmo», dice el doctor Spitz.

Y ahí lo tienes: el orgasmo masculino en pocas palabras.

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