La leche es un alimento básico en los frigoríficos de mucha gente, que se utiliza para todo, desde acompañar a los cereales del desayuno hasta hacer salsa para la pasta y helado. Es más fresca desde el día en que se extrae de la vaca, pero se mantiene en buen estado hasta 14 días después. La leche debe llevar una fecha de caducidad que indique cuándo empezará a estropearse de forma natural.
Cómo se estropea la leche
La leche debe conservarse a unos 45 grados Fahrenheit pero no por debajo de los 32 grados. Si la temperatura cambia demasiado, la leche se estropea más rápidamente. Los cambios continuos y rápidos de temperatura pueden generar bacterias como los lactococos y los lactobacilos. La leche se estropea cuando las bacterias convierten la lactosa en glucosa y galactosa, produciendo ácido láctico. El ácido láctico crea caseína y luego forma una cuajada que puede cuajar rápidamente la leche en 24 horas. Una vez que la leche empieza a cuajar hacia el fondo de la jarra, se considera estropeada y debe desecharse inmediatamente. A medida que se forman bacterias en la grasa butírica azucarada, también crece el moho y estropea aún más la leche.
Cuando se abre la leche, no debe haber ningún tipo de olor. La leche estropeada huele agria e incluso asquerosa. Lo más probable es que el color siga siendo blanco, pero un olor agrio o contaminado es el indicador clave de que la leche no debe consumirse.
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