El prolapso de la válvula mitral (MVP) se produce cuando una de las válvulas del corazón no funciona correctamente. Las aletas de la válvula son «blandas» y no cierran bien. La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad nacen con ella. También suele ser hereditaria.

La mayoría de las veces, el PVM no causa ningún problema. En raras ocasiones, la sangre puede filtrarse en sentido contrario a través de la válvula flexible. Esto puede causar

  • Palpitaciones (sensación de que el corazón se salta un latido, aletea o late demasiado fuerte o demasiado rápido)
  • Dificultad para respirar
  • Tos
  • Fatiga, mareos, o ansiedad
  • Cefaleas
  • Molestias en el pecho

La mayoría de las personas que tienen prolapso de la válvula mitral (PVM) no necesitan tratamiento porque no tienen síntomas ni complicaciones. Si necesita tratamiento para el PVM, los medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas o prevenir las complicaciones. Muy pocas personas necesitan una intervención quirúrgica para reparar o sustituir la válvula mitral.

El PVM supone un riesgo de endocarditis infecciosa, un tipo de infección del corazón. Para prevenirla, los médicos solían recetar antibióticos antes de realizar trabajos dentales o ciertas cirugías. Ahora, sólo las personas con alto riesgo de endocarditis necesitan los antibióticos.

NIH: Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre