La mayoría de los cristianos celebran el domingo, el primer día de la semana, en lugar del sábado, el séptimo día, el sábado del cuarto mandamiento. ¿Puede la mayoría estar equivocada en este punto?
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Si la Biblia tiene razón, la mayoría está equivocada. La Biblia dice: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo… el séptimo día es el día de reposo del Señor tu Dios» (Éxodo 20:8, 10).

La minoría a lo largo de la historia

Considere esto, ¿cuándo, en toda la historia, la verdad ha sido mayoría? Noé estaba en la lamentable minoría en su época, pero Noé tenía razón. Abraham era insignificantemente minoritario en su tiempo, pero Abraham era el «amigo de Dios». Israel, huyendo de la esclavitud egipcia, era una débil minoría, pero Israel fue la nación elegida por Dios. Jesús, tu Salvador y el mío, era uno contra toda una nación, pues «vino a los suyos, y los suyos no le recibieron» (Juan 1:11).

El sábado y los primeros cristianos

En los primeros tiempos del cristianismo, la iglesia era una pequeña minoría frente al frío y duro mundo. Cuando la iglesia cristiana ganó el poder político, vendió su pureza y su verdad dada por Dios para conseguirlo.

Durante los primeros 300 años de la Era Cristiana, la religión cristiana era una religión ilegal, pero el judaísmo era una religión legal. Durante la era apostólica, los cristianos, que entonces eran minoría, encontraron conveniente dejar que las autoridades romanas los consideraran como judíos, especialmente en lo que respecta a la práctica muy visible de la observancia del sábado. Esto ayudó a los cristianos a ser identificados con el judaísmo y permitió a los primeros cristianos ganar legitimidad con el gobierno romano.

¿Sábado o domingo?

Los judíos se rebelaron entonces contra el Imperio de Roma y los romanos sofocaron la rebelión destruyendo Jerusalén en el 70 d.C. y de nuevo en el 135 d.C. La supresión de los judíos por parte del gobierno romano hizo cada vez más difícil que los cristianos fueran asociados con los judíos. Por lo tanto, algunos cristianos de principios del siglo II trataron de distanciarse del judaísmo observando el domingo.

Los paganos de la época, la mayoría, observaban el primer día de la semana en honor a su dios del sol. Al pasar a observar el primer día de la semana, en lugar del séptimo, los cristianos lograron dos cosas: se distanciaron del judaísmo y facilitaron que los paganos se convirtieran en cristianos.

Sin apoyo bíblico

Este cambio de observar el sábado en domingo, el primer día de la semana, no tenía absolutamente ningún apoyo bíblico y con el tiempo los cristianos empezaron a pasar de ser una religión minoritaria a la mayoritaria. La evolución del culto se produjo a lo largo del tiempo, ya que no todos los cristianos empezaron a adoptar inmediatamente el primer día de la semana como día sagrado.

Evidencias históricas del culto

Las primeras evidencias de un servicio de culto cristiano celebrado en domingo están fechadas entre el año 115 y el 135, probablemente en la ciudad de Roma. Durante varios siglos, algunos cristianos guardaron el séptimo día de la semana, el sábado, mientras que otros mantuvieron el domingo como día sagrado. Hacia el año 500, la observancia del domingo era la norma y casi universal en la iglesia cristiana, que crecía rápidamente.

¿Tiene razón la mayoría?

¿Cuándo ha tenido razón la mayoría? Como dice el poeta: «La verdad siempre en el cadalso, el error siempre en el trono».

Así que, querido amigo, la cuestión no es, ¿tienes tú la razón? o tengo yo la razón? No es tanto lo que tú o yo pensemos sobre esta cuestión, sino que «¿Qué es la verdad?» debe ser nuestra única consideración.

La fuente de la verdad

La Palabra de Dios es nuestra única fuente de verdad. El Libro Sagrado de Dios debe ser nuestra vara de medir la verdad. «Santifícalos en tu verdad. Tu palabra es la verdad» (Juan 17:17). «¡A la ley y al testimonio! Si no hablan según esta palabra, es porque no hay luz en ellos» (Isaías 8:20).

Cuidado con los engaños

No utilicemos nunca el argumento de que la mayoría debe tener razón, porque es engañoso. Cuidado, no sea que nos lleve por el mal camino y rechacemos así a nuestro Señor como fue rechazado hace mucho tiempo por los fariseos que utilizaron este mismo argumento.

«Los oficiales respondieron: ‘¡Nunca nadie habló como este Hombre! Entonces los fariseos les respondieron: ‘¿También vosotros estáis engañados? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él?» (Juan 7:46-48).

Recuerda, que desde que el pecado entró en nuestro Mundo la verdad nunca ha tenido el apoyo de la mayoría.