Para la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas, la contabilidad es difícil. De hecho, suele ser una de las dificultades más identificadas del emprendimiento. Y a no ser que vayas a montar tu propia asesoría contable, es muy probable que no te hayas metido a dirigir tu propio negocio por la montaña rusa emocional que es la contabilidad. La conclusión es que la contabilidad es difícil. ¿Por qué es tan difícil la contabilidad? Puede que la raza humana nunca lo sepa, pero hay dos cosas seguras…
- El software de contabilidad está científicamente probado para reducir las dificultades contables
- Hay muchas cosas en el mundo que son más difíciles que la contabilidad…
¡Los diamantes!
Definitivamente más difíciles que la contabilidad.
Lo que Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson hicieron en el Muro del Amanecer
(Crédito de la foto: Chris Burkard/Patagonia)
Cualquier concurso de «Si te lo puedes comer, es gratis»
¿Un filete de 72 onzas de una sentada? Más difícil que la contabilidad. ¿Cien alas de búfalo en una hora? Tal vez sea posible, pero probablemente sea más duro para tu estómago que la contabilidad para tu cordura. El punto es que concursos como estos casi siempre favorecerán a la casa, a pesar de tu confianza. Crees que puedes, pero no puedes. Ni deberías intentarlo.
Conseguir clientes
La contabilidad es mucho más fácil cuando hay menos datos que introducir.
Instrucciones de Ikea
Amamos el diseño limpio tanto como la siguiente persona, pero cualquiera que haya pasado tiempo montando muebles de Ikea puede sentirse identificado…
Lo que tuvieron que afrontar Ernest Shackleton y su tripulación
(Crédito de la imagen)
(Crédito de la imagen)
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Aguantar gatos
A veces, manejar las facturas puede parecer como arrear gatos, pero llevar a cabo la tarea real de la redada felina es probablemente muy, muy difícil. Sólo tienes que preguntar a estos chicos…
Así que la próxima vez que te preguntes «¿Por qué es tan difícil la contabilidad?», ensilla un práctico software de contabilidad y piensa en lo mucho que podrían ser las cosas.
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