El síndrome de las piernas inquietas (SPI) provoca una fuerte necesidad de mover las piernas. Las piernas se vuelven incómodas cuando se está acostado o sentado. Algunas personas lo describen como una sensación de arrastramiento, de hormigueo o de ardor. Moverse hace que las piernas se sientan mejor, pero no por mucho tiempo. El SPI puede dificultar la conciliación del sueño y el mantenimiento del mismo.
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del SPI. En otros casos, el SPI es causado por una enfermedad o condición, como la anemia o el embarazo. Algunos medicamentos también pueden provocar un SPI temporal. La cafeína, el tabaco y el alcohol pueden empeorar los síntomas.
Los cambios en el estilo de vida, como los hábitos de sueño regulares, las técnicas de relajación y el ejercicio moderado durante el día pueden ayudar. Si no funcionan, los medicamentos pueden reducir los síntomas del SPI.
La mayoría de las personas con SPI también padecen una afección denominada trastorno de movimientos periódicos de las extremidades (PLMD). El PLMD es un trastorno en el que las piernas de una persona se mueven de forma incontrolada, normalmente durante el sueño. El PLMD y el SPI también pueden afectar a los brazos.
NIH: Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre
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