Las historias son parte integrante de la cultura humana y la narración es intemporal. En la práctica fotográfica, la narración visual suele denominarse «ensayo fotográfico» o «relato fotográfico». Es una forma de que el fotógrafo narre una historia con una serie de fotografías. Lo que poca gente sabe es que hay una diferencia entre la fotografía y la narración visual a través de la fotografía.

Si consideramos que la narración es un arte, entonces, como decía León Tolstoi, debería ser totalmente contagiosa, en la que se infecte al espectador con los sentimientos que ha vivido, para que otras personas se contagien a su vez de estas experiencias. La frase «una imagen vale más que mil palabras» justifica por sí misma el arte de la narración visual, sin embargo esto no significa que todas las fotografías narren una historia.

En la narración visual, las imágenes se ordenan de una manera específica, ya sea cronológicamente o como una serie, con el objetivo de ‘infectar’ la visión y la mente del espectador, tal y como dijo Tolstoi.

Los subtítulos también son una parte integral de una historia fotográfica que debe ayudar al espectador a entender cada imagen. Dicho esto, es importante recordar que, aunque los pies de foto pueden ampliar la comprensión de una imagen, es la propia imagen la que debe contar la historia, nunca al revés.

Aquí tienes mis principales consejos para empezar tu propia historia fotográfica.

#1: Planifica, planifica y planifica un poco más

La planificación es una parte esencial del proceso para contar historias visuales. Un buen amigo mío, el fotógrafo de documentales Kaushik Ghosh, dijo una vez: «Lo que tu mente no sabe, tus ojos no pueden verlo». Esto es probablemente lo más acertado a la hora de planificar tu ensayo fotográfico. Hay que planificar con mucha antelación para visualizar la historia. Dar estos pasos de antemano te dará la estructura que necesitas para tu narración.

Tu plan debe incluir la selección del tema, la investigación sobre el mismo, la aclaración de tu tema y, finalmente, la planificación de tus tomas. Piensa en el tipo de imágenes que quieres captar para transmitir tu mensaje. Al igual que una película, su narración visual debe tener un plano principal o de apertura, un plano de establecimiento, planos interactivos y secuenciales, y un plano de conclusión o cierre.

A menudo, durante un rodaje, es posible que no pueda capturar las fotos en el orden mencionado anteriormente. Sin embargo, tener en cuenta este orden le ayudará a editar el reportaje en menos tiempo. Editar un reportaje fotográfico significa esencialmente seleccionar las tomas, no el postprocesamiento en el software de imagen – eso viene después.

Tus imágenes no estarán completas sin entender la luz, la composición y la elección del equipo fotográfico para el tema elegido. Otro aspecto importante debe ser la decisión de representar la narración en color o en monocromo. Al posprocesar una serie de imágenes, es una buena práctica mantener un tratamiento de edición coherente, lo que ayudará a que las imágenes fluyan.

#2: ¿Un solo disparo o una serie?

A menudo es un punto de discusión en los foros de fotografía si uno narra mejor las historias con una sola imagen frente a una serie de imágenes. En este sentido es importante recordar que una sola imagen es sólo una «verdad a medias», porque nunca te dice lo fundamental de una historia, que es el «¿Por qué?».

¿Qué significa esto? Cuando se habla de fotografías, una imagen puede ser parcialmente verdadera, pero es sólo una parte de toda la verdad y una instantánea del panorama general. Esto deja que una parte de nuestro cerebro interprete la imagen por sí misma, por lo que es difícil entender siempre el mensaje del fotógrafo. No todas las imágenes sueltas cuentan una historia. Hay que recordar que un ensayo fotográfico no es más que la recopilación de múltiples imágenes individuales: éstas son las unidades de la narrativa visual. Cada imagen individual es un capítulo de la historia, y cada capítulo se desarrollará hacia el clímax.

Por otro lado, una serie de fotografías permite al cerebro procesar cada imagen como un todo. Una serie de imágenes enfatiza varias ideas, mientras que una sola imagen suele enfatizar una sola idea. Ten en cuenta que la primera y la última imagen de una serie son las más importantes. Son las llamadas «imágenes meta», el tipo de imágenes que abren y cierran la serie para captar la atención del espectador. No es diferente de juzgar un libro por su portada – una fuerte toma de apertura detendrá a la gente y los mantendrá en la historia de principio a fin.

#3: Tome imágenes más fuertes

Puede tener algunas fotos brillantes que son técnicamente perfectas; sin embargo, hay dos elementos particulares que hacen que una imagen fuerte sea aún más fuerte para un ensayo fotográfico.

En primer lugar, las imágenes deben ser emotivas para tener algún tipo de impacto emocional en su espectador. No todas las imágenes deben contener un elemento humano para ser emotivas; más bien podría ser cualquier cosa, desde un paisaje hasta una naturaleza muerta. Las imágenes deben evocar un fuerte sentimiento emocional en la psique del espectador.

En segundo lugar, las imágenes deben tener un significado bien pensado. Así es como se capta la atención del espectador durante un periodo de tiempo más largo. Este suele ser el proceso más difícil para contar una historia con fotografías.

Puede que no sea capaz de disparar conscientemente imágenes con varias capas de significado, pero siempre esté atento a estas imágenes estratificadas mientras dispara, selecciona y organiza las imágenes para la historia.

#4: Confíe en sus instintos

Imagínese caminando por una ciudad bulliciosa con su cámara alrededor del cuello para su proyecto de narración sobre «Encontrar la calma en el caos». Hay un sonido constante de cláxones mientras intentas esquivar el tráfico. Tu mente está acelerada, al igual que tu corazón: es una sobrecarga sensorial total.

Detectas a un personaje de aspecto interesante al otro lado de la calle, sentado tranquilamente leyendo el periódico en medio del caos. Has estado tratando de encontrar tu paz en el caos y piensas para ti mismo «esta es la toma», así que te acercas lentamente, levantas la cámara a tu ojo y haces clic en el obturador.

Al minuto siguiente oyes el sonido de un autobús que chirría hasta detenerse, lo que te hace girar la cabeza frenéticamente para saltar fuera del camino, pero al girar te das cuenta de que el autobús se está deteniendo y la gente está a punto de bajarse. Hay un hombre en la ventanilla sentado tranquilamente fumando su cigarrillo. En cuestión de segundos, levantas la cámara hasta el ojo y haces otra foto, encuadrando a los pasajeros que salen por las puertas y al hombre sentado en la ventanilla, todo en un mismo encuadre.

Estos son dos ejemplos de ocasiones en las que he confiado en mis instintos. Confiar en tu instinto para hacer una foto es importante. En este caso, encontrar la paz entre el caos y captarla a pesar del impulso de avanzar entre la multitud sin hacer una sola foto.

La fotografía tiene la capacidad de capturar y congelar momentos en el tiempo en los que quizás nunca habíamos pensado hasta coger la cámara. Estos son los momentos que nos inspiran como fotógrafos, y pueden ayudarnos a crear nuestra propia visión única. Si te fijas en algo en particular y crees que puede ser una buena oportunidad fotográfica, intenta no evaluar demasiado la situación, más bien confía en tu instinto y ve cómo se desarrolla. Pero, ten cuidado en el proceso: el sentido común y el respeto deben seguir estando en tu mente.

#5: Sé original

La originalidad en la fotografía parece estar pasando a un segundo plano para algunos fotógrafos. No siempre es fácil crear algo único con la enorme cantidad de imágenes que se crean hoy en día. Sin embargo, es una buena práctica luchar por la originalidad. ¿Por qué? Porque no hay ninguna satisfacción en copiar el trabajo de otra persona. Todos hemos copiado la idea de otra persona, o nos hemos inspirado en una imagen que hemos encontrado en Internet o en una revista, es un rasgo humano, aunque para destacar entre la multitud hay que tenerlo en cuenta a la hora de disparar, sobre todo si quieres que tu serie fotográfica destaque.

#6: No tengas miedo al fracaso

El miedo al fracaso está ligado al miedo al rechazo y a las críticas de los demás, así como a la procrastinación. Deja de pensar así y libérate de esos pensamientos negativos. Es perfectamente normal y saludable fracasar. Todas las personas de éxito han fracasado; forma parte de la mejora y es la puerta de entrada al éxito. El mismo principio se aplica a la fotografía. Fracasar te ayudará a entender la fórmula que mejor te funciona y acabará dando sus frutos en tu trabajo con algo de persistencia y dedicación para triunfar. ¡Ve, dispara, fracasa y crece!

Acerca del autor: Drew Hopper es un fotógrafo de viajes y paisajes con base en Australia. Cautivado por la diversidad de las culturas, la gente y el medio ambiente, Drew se aventura a lo largo y ancho para capturar imágenes que definen sus experiencias con la visión de que van a impactar e inspirar a un público de una manera individual a cada espectador. Puedes encontrar más de su trabajo y sus escritos en su página web, blog, Facebook, Instagram, Twitter y 500px.

Créditos de las imágenes: Todas las fotografías son de Drew Hopper y se utilizan con permiso