Ser madre por primera vez puede ser una experiencia abrumadora. Tu vida da un giro y no sabes qué hacer. Tu familia más cercana, tus amigos íntimos, tu cónyuge, los médicos e incluso los desconocidos estarán ahí para aconsejarte. Un problema común que preocupa a la mayoría de las madres primerizas es la lactancia y la producción de leche. La leche materna desempeña un papel importante en el crecimiento y el desarrollo del bebé. Además, la primera introducción a una gama de sabores es a través de la leche materna, que a su vez se ve afectada por la dieta de la madre.
La leche materna está influenciada por un montón de factores, algunos genéticos mientras que otros, ambientales. Algunos de sus componentes están presentes de forma constante, mientras que otros dependen de la dieta de la madre. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que la cantidad de grasa de la leche materna no se ve alterada por el consumo de leche de vaca, pero sí por el tipo de grasa. En cualquier caso, la energía o las calorías de la leche materna no se alteran drásticamente. De hecho, ayuda a amamantar a tu hijo en el momento oportuno, o lo que es lo mismo, cuando tu pequeño demanda ser alimentado. De este modo, obtendrá todos los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento y desarrollo. Por ello, la mayoría de las madres toman leche durante la lactancia. Pero, si te preguntas si debes beber leche durante la lactancia o no, sigue leyendo para entender la importancia de beber leche durante la lactancia y su repercusión en el grado de producción de leche.
¿Cuánta leche debe consumir una madre lactante?
Las madres lactantes necesitan entre 2,25 y 3,1 litros de líquido al día, lo que equivale a entre 9 y 13 tazas. Esto puede variar dependiendo de su metabolismo, nivel de actividad, etc. Este líquido puede consumirse en cualquier forma: agua, leche, zumo u otras bebidas saludables. Además, deben evitarse las bebidas como los refrescos, el café, el equipo y el alcohol, ya que pueden causar complicaciones
Cuando se trata de la cantidad de leche, una buena regla general es beber lo suficiente para saciar la sed. Las madres primerizas tienden a sentir mucha más sed cuando están amamantando, especialmente si el bebé es recién nacido. Si tu orina es de color claro, significa que estás bebiendo los líquidos suficientes. Muchas personas creen que los tés de hierbas, las infusiones y otros productos naturales ayudan a estimular la síntesis de la leche. Sin embargo, la única forma de aumentar la producción de leche es permitir que el bebé vacíe completamente el pecho mientras lo amamanta, lo que hace que los conductos lácteos generen más leche. Además, estos brebajes a base de hierbas pueden ser peligrosos tanto para usted como para su pequeño, por lo que su uso debe ser con moderación y con conciencia.
Alimentos alternativos a incluir en la dieta para aumentar la cantidad de calcio
El calcio es un nutriente crucial requerido literalmente por todos los organismos de la tierra. En el cuerpo humano, el calcio es importante en la síntesis y el mantenimiento de los dientes y los huesos. Además, se utiliza en su forma iónica como medio de transducción de señales tanto dentro de las células como entre diferentes células. El calcio también es relevante como mensajero químico que impulsa las acciones de contracción y relajación muscular. Otras funciones incluyen el transporte de señales nerviosas, la coagulación de la sangre, la promoción de la fecundación del óvulo por el esperma, etc.
Sin embargo, la leche de vaca para las madres lactantes no es la única opción para obtener el calcio necesario. He aquí algunos alimentos ricos en calcio que se pueden consumir para aumentar la cantidad de calcio presente en la leche materna:
- Verduras verdes y frondosas como la remolacha, la col rizada y la berza.
- Semillas de sésamo, que pueden consumirse en forma de mantequilla de sésamo, pasta de sésamo o comerse enteras. Estas semillas deben masticarse adecuadamente para que el sistema digestivo pueda absorber eficazmente el calcio presente en ellas.
- Tofú, que se prepara a partir de la soja con la ayuda de coagulantes como el sulfato de calcio y el cloruro de calcio.
- Beber leche de cabra o de oveja durante la lactancia es una gran opción.
- Pescado, especialmente caballa, sardinas, sardinas y salmón en conserva. Estos tienen espinas que se han ablandado durante el proceso, lo que los hace más fáciles de comer. Una pasta hecha de anchoas también es rica en calcio y puede consumirse junto con las comidas.
- Granos enteros, como el arroz integral, la quinoa, la avena, etc.
- Caldo de pollo, en el que la carne se guisa durante largos periodos de tiempo, lo que hace que los huesos se ablanden.
- Frutos secos como nueces, almendras, avellanas, higos secos, etc. Evite comerlos en exceso debido a la gran cantidad de calorías que contienen.
- Ciertos tipos de plantas marinas o algas, por ejemplo, el wakame, son ricos en calcio.
- Los productos fermentados como el miso y la salsa de soja pueden incluirse en su dieta.
- Los productos lácteos como el queso, el paneer, la mantequilla y las cuajadas enteras también contienen pequeñas cantidades de calcio.
- Legumbres como las lentejas, los garbanzos y las alubias, entre otras.
- Las melazas, un edulcorante natural que se obtiene al refinar parcialmente el azúcar de caña o de remolacha.
- Huevos y carne blanca, preferiblemente hervida o guisada.
- Cítricos como uvas, naranjas, limones, limas dulces, pomelos, etc.
- El amaranto, un pseudocereal muy nutritivo, aporta manganeso, magnesio y hierro, además de calcio.
No existen pruebas de que el consumo de leche o productos lácteos mejore la producción de leche materna. Sin embargo, tomar leche proporciona toda una plétora de beneficios para las madres lactantes, y debería incluirse en la dieta, siempre que ni usted ni su bebé sean alérgicos.
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Este post fue modificado por última vez el 1 de julio de 2020 1:53 pm
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