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Hacer una nube de lluvia de esponja en una actividad de ciencia en un frasco es una actividad divertida y fácil que muestra a los niños más sobre el proceso de cómo llueve. Esta es la actividad científica práctica perfecta para acompañar una unidad meteorológica en la escuela o para enriquecer el aprendizaje en casa.
Preparando la nube de lluvia en un frasco
Montar una nube de lluvia en un frasco es de lo más fácil. Reunimos estos elementos:
- Frasco transparente
- Esponja (de las que no tienen el estropajo abrasivo en un lado)
- Colorante para alimentos
- Otro frasco lleno de agua
- Plástico pipetas y cuentagotas
- Toallas de papel
Coloqué la esponja encima del tarro vacío y la recorté un poco para que no colgara demasiado sobre el labio del tarro.
Llenamos otro tarro con agua y lo coloreamos con colorante alimentario azul. Coloqué toallas de papel debajo de cada uno de los tarros y tenía todo el rollo a mano por si acaso teníamos un derrame importante.
Haciendo llover
Les indiqué a los niños que llenaran sus pipetas con agua azul y que luego rociaran cuidadosamente el agua sobre la esponja. Les costó un poco de práctica y unos cuantos derrames menores, pero rápidamente aprendieron a transferir el agua de un frasco a otro.
Contaron el número de veces que echaron una pipeta llena de agua en la esponja antes de que empezara a caer alguna gota. Nos impresionó la cantidad de agua que podía contener la esponja!
La nube de esponja se hizo cada vez más pesada con el agua hasta que finalmente… ¡llovió!
Los niños estaban encantados de ver cómo caían las gotas en el frasco vacío. Descubrieron que podían hacer que lloviera más fuerte o más suave dependiendo de la rapidez con la que echaran el chorro de agua.
Cuando los niños terminaron de hacer llover su nube en un frasco, quisieron exprimir la esponja para ver cuánta agua había absorbido. Resulta que una esponja puede retener bastante agua!
La ciencia detrás de la nube de esponja en un frasco
Mientras usaban las pipetas para transferir el agua, hablamos de cómo las nubes se forman por el vapor de agua que se eleva en el aire y se condensa en pequeñas partículas de polvo. Cuando miles de millones de estas gotitas se juntan, se forma una nube visible. Con el tiempo, las gotas y los cristales que componen una nube pueden atraer más agua hacia sí. Cuando las gotas de agua crecen lo suficiente, la gravedad las arrastra hacia abajo en forma de gotas de lluvia.
Hacer una nube de lluvia de esponja en un frasco es, obviamente, un modelo simplista de cómo llueve en realidad, pero proporciona a los niños pequeños una visión práctica que es extremadamente valiosa para su aprendizaje. Además, es muy divertido!
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