AUNQUE TENGAMOS GANANCIAS DE INVERSIÓN, es posible que no estemos haciendo ningún progreso financiero si nuestras ganancias de inversión no superan las amenazas gemelas de la inflación y los impuestos. Por ejemplo, si ganamos un 3% este año, pero la inflación es del 5%, estamos perdiendo dinero, y la pérdida será aún mayor si tenemos en cuenta los impuestos.

En la sección anterior, vimos que una pérdida de inversión del 5% era más perjudicial que una inflación del 5%. Anteriormente, también vimos que el castigo de una pérdida de inversión del 25% era mayor que el beneficio de una ganancia de inversión del 25%.

Eso deja una última comparación: ¿Cómo se compara el daño de la inflación con el beneficio de una ganancia de inversión? Si ganamos un 5% en un año, multiplicamos el valor de nuestra cartera por 1,05. En cambio, si queremos conocer la pérdida de poder adquisitivo por una inflación del 5%, multiplicaríamos el valor de nuestra cartera por 0,952 (el producto de 1/1,05). Entonces, ¿qué pasa si tenemos un año con una ganancia de inversión del 5% y una inflación del 5%? Haríamos este cálculo:

1,05 x (1/1,05) = 1

En otras palabras, el daño de una inflación del 5% es igual al beneficio de una ganancia de inversión del 5%. Para realizar un cálculo aproximado, los inversores a veces restan la tasa de inflación de su ganancia nominal (antes de la inflación) para obtener su ganancia real (después de la inflación). Esto produce un resultado preciso cuando ambos son iguales, pero no en caso contrario.

Supongamos que tiene una ganancia nominal del 10% y la inflación es del 4%. Si simplemente se resta la inflación del 4% de su 10% de ganancia nominal, se obtiene una ganancia real del 6%. Pero para obtener una respuesta más precisa, tendría que hacer este cálculo: