(CNN) — La enfermera de la UCI de Oklahoma City, Lizanne Jennings, consoló a su marido, Dennis, en los momentos previos a que sucumbiera al Covid-19.
«¿Estás listo para estar en paz?», recordó que le preguntó el 23 de noviembre.
Dennis respiró por última vez 30 minutos después, dijo Jennings a Kate Bolduan de CNN el martes. Su madre, Linda, que también había sido infectada con Covid-19, había muerto sólo tres días antes.
«Es tan crudo», dijo Jennings en una entrevista, luchando por mantener la compostura mientras su hijo Brayden le ponía la mano en el hombro.
«A veces lloro por mi marido y luego me doy cuenta de que mi madre se ha ido. Y estoy sufriendo por mi madre. Solo pienso… oh, voy a decírselo a Dennis pero entonces Dennis se ha ido. Así que las dos personas que me habrían apoyado tanto… ya sabes, los dos se han ido».
La sensación de pérdida la deja a ella y a sus dos hijos sintiéndose como si se estuvieran ahogando, dijo.
Su hijo Brayden, un abogado, lamentó no poder estar allí para apoyar a su madre cuando también se infectó.
«Es como si estuviéramos rotos, pero seguimos rompiéndonos», dijo. «Y en ese momento, cuando obtuve ese resultado positivo, eso le quitó su sistema de apoyo. Ambos estaban en el hospital, y no podía venir a abrazar a mi madre porque no podía enfermarla».
Jennings y su hijo recordaban a Dennis como alguien fuerte y «lleno de vida». Antes de enfermar, el padre había vencido a su hijo en un concurso de flexiones.
Pero, meses después de advertir a su marido sobre el virus mortal, Jennings lo veía ahora tumbado boca abajo en una cama de hospital. Momentos después de su muerte, lo bañó y le cortó el pelo.
En marzo, durante el comienzo de la primera ola de la pandemia, Jennings habló con su marido sobre lo mucho que iban a empeorar las cosas.
«Mírame. Esto se va a poner mal. Esto se va a poner muy mal'», le dijo.
«Le dije: ‘Uno de nosotros podría morir y necesito que lo escuches y necesito que te pongas la mascarilla y que te desinfectes las manos’. Y así lo hizo… Mamá se quedó en casa durante ocho meses y medio. Y así tienes gente que está haciendo todo bien y no llegamos a abrazar a mi mamá y no fuimos a ningún lado… Y aún así los perdimos. No importa lo fuerte que seas. La gente es como, ‘Oh hombre, Dennis es tan fuerte. Lo va a lograr’. Sucede sin importar qué. El virus sigue ganando. «
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