Independientemente de si vives en un quinto piso sin ascensor o en tu propia casa, lavar la ropa de cama nunca es divertido. Sacar las sábanas y llevarlas a la lavadora es un ejercicio de todo el cuerpo, y luego hay que hacerlo todo a la inversa para que las cosas vuelvan a estar presentables. Después de todo ese esfuerzo y un par de horas de tu tiempo, esperarías que tu cama tuviera un aspecto impoluto y paradisíaco. Lo más probable es que se vea arrugada y desaliñada (y no de una manera genial).

Podrías sacar la tabla de planchar e ir a la ciudad presionando cada capa, pero eso suena como la peor actividad de todas. Sobre todo porque hay otra forma de conseguir los mismos resultados sin arrugas que es mucho más fácil. El truco nos lo ha dado el fundador de Vero Linens, Steve Cardano, y todo lo que implica es una botella de spray llena de… agua del grifo.

«Empieza con la sábana bajera. Ponla en la cama y rocíala ligeramente», dice Steve. «Es la tensión y la humedad lo que lo hace. No es necesario empapar el tejido; se secará en diez minutos. Con la sábana bajera ocurre lo mismo. Póntela y tira de ella hasta la parte superior de la cama. Tira de una esquina y dale un toque, luego ve al otro lado de la cama y haz lo mismo. Las arrugas caerán enseguida. Rellene las fundas de almohada, agarre una funda de almohada por una esquina y rocíe. Luego agarra cada esquina y dale una sacudida hacia abajo». Esta es la forma más completa de hacerlo. También puede rociar sólo la capa más visible -la funda del edredón (tensada, por supuesto)- y terminar con ella.

Para hacer el proceso aún más rápido, Steve recomienda hacer algunos ajustes en la forma de lavar la ropa de cama en primer lugar. «La gente tiene la tendencia de enrollar todo en una bola y meterlo en la lavadora, y luego sale en una gran bola y la meten en la secadora. Eso agrava la posibilidad de arrugas. No las enrolles; deja que caigan libremente en la lavadora. Cuando las saques, lo mejor es que estén ligeramente húmedas». Así que ahí lo tienes: el mejor método para que tu ropa de cama parezca planchada cuando no has puesto los ojos en el aparato en meses.