¿Alguna vez has sufrido de neumonía? Si es así, ya conoces la gravedad de esta situación y, sobre todo, la importancia de estar prevenidos y saber reconocer los síntomas que la acompañan. Si bien cualquier persona puede padecerla, es más peligrosa en niños y ancianos.

Aunque existen opciones naturales para aliviar los síntomas, el médico siempre será el responsable de determinar el procedimiento, según sea el caso. Teniendo esto en cuenta, en este artículo vas a encontrar sencillos consejos naturales que pueden servir para complementar el tratamiento y mejorar tu salud de manera integral. Descúbrelos a continuación.

¿Qué causa una neumonía?

La neumonía es una enfermedad muy frecuente y bastante habitual entre la población más anciana. Son ellos, precisamente, quienes presentan más riesgo. Esto se debe a que, con el pasar de los años, el sistema inmunitario se debilita y se vuelve más vulnerable.

De acuerdo con una publicación de la Clínica Mayo, se trata de una infección en el pulmón originada por la presencia de diversos microorganismos, como virus, bacterias y hongos, que atacan a los alveolos, lo que ocasiona que se enfermen e inflamen. La bacteria más frecuente es el neumococo.

Este es un sencillo ejemplo para entenderlo mejor. Nuestras vías respiratorias tienen mecanismos de defensa naturales que evitan cada día que las bacterias lleguen al pulmón. Lo primero que hacemos para «repelerlas» es toser. Luego, disponemos de numerosas células que nos ofrecen inmunidad y nos protegen frente a esos pequeños enemigos del exterior.

Pero, ¿qué es lo que sucede cuando sufrimos una neumonía? Normalmente, esta se da cuando el sistema inmunitario está algo débil. En ese momento, las bacterias llegan más fácilmente a los alvéolos y, como resultado, se presenta la enfermedad.

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¿Qué síntomas suele presentar una neumonía?

Gripe

Los síntomas de la neumonía varían dependiendo del tipo de microorganismo que la causa. Hay casos leves, en los que no se presenta ningún signo de la afección, y otros más graves en los que se requiere hospitalización. Según la Asociación Americana del Pulmón, las señales de alarma pueden incluir:

  • Tos, que puede producir moco verdoso, amarillo o incluso sanguinolento.
  • Fiebre, sudoración y escalofríos.
  • Dificultad para respirar.
  • Respiración rápida y superficial.
  • Dolor de pecho agudo o punzante.
  • Pérdida de apetito, poca energía y fatiga.
  • Náuseas y vómitos, especialmente en niños pequeños.
  • Confusión, especialmente en personas mayores.

Vale la pena mencionar que existen dos tipos: la neumonía bacteriana y la viral. La primera suele ser la más grave y sus síntomas pueden aparecer de un momento a otro. Lo más común es que se presente fiebre de hasta 105° F, sudoración y aumento de la respiración y el pulso.

Por otro lado, en la neumonía viral, los síntomas iniciales son parecidos a los de la influenza: fiebre, tos seca, dolor de cabeza, dolor muscular y debilidad. Por lo general, estos se agravan después de uno o dos días.

Como ves, los síntomas son muy característicos. Se consideran de gravedad si las pulsaciones son muy rápidas, si se sienten ahogos o incluso si hay pérdida de conocimiento. La fiebre alta también es peligrosa; por ende, ante cualquier duda, no dudes en acudir al médico. Y una vez más, recuerda: cuidado con los niños y con los ancianos.

Remedios naturales complementarios para la neumonía

Beneficios-del-te-de-jengibre

Como ya mencionamos los médicos serán quienes den las pautas sobre el tratamiento que se debe seguir para mitigar la neumonía. No obstante, puedes seguir estas sencillas pautas en casa para empezar a sentirte mejor. ¡Toma nota!

Baños de vapor

Sirven, básicamente, para despejar y desinflamar. El vapor caliente de un baño permitirá eliminar progresivamente la resistencia de la mucosidad en los alvéolos y, además, será útil para abrir las vías respiratorias, lo que ofrecerá alivio.

¿Qué debes hacer?

  • Llena la bañera de agua bien caliente.
  • Luego, añade una taza (200 gramos) de sal gorda, más dos vasos de agua oxigenada (unos 400 ml).
  • El siguiente paso es relajarse en el agua y respirar con normalidad, envolviéndose con el vapor.
  • Se puede disfrutar de este baño de vapor todos los días durante 20 minutos.

Infusión de jengibre

Desde el punto de vista medicinal, el jengibre es una planta natural muy beneficiosa para el organismo. En cuanto a sus propiedades, un artículo de Pennington Biomedical Research Center señala que el jengibre tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos que lo hacen útil para reducir el dolor.

¿Qué debes hacer?

  • Agrega unos trozos de jengibre fresco a una olla con agua hirviendo.
  • Luego, cocina a fuego lento durante unos 20 minutos.
  • Pasado este tiempo, cuela y sirve con miel y limón (opcional).
  • Puedes beber esta infusión tantas veces como desees.

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Bebida de ajo y cebolla

Sabemos que la combinación de cebolla y ajo puede tener un mal sabor y de seguro no te dejará un aliento muy agradable. Sin embargo, se dice que podría ser un remedio efectivo para tratar los síntomas de la neumonía, gracias a las propiedades antivirales y antibacterianas que se le atribuyen a estos dos alimentos.

¿Qué debes hacer?

  • Pica dos ajos y unos 50 gramos de cebolla muy finito y añádelo a un vaso de agua natural. Si quieres, también puedes incluir una cucharada de miel.
  • Mezcla todo muy bien y bébelo por las mañanas.

Jugo de zanahoria

Antes de tu cena, sería ideal que te prepararas este sencillo jugo de zanahoria. ¿Por qué la zanahoria? Como lo indica el Instituto de Salud Pulmonar, este vegetal permite fortalecer los pulmones y, además, sus antioxidantes podrían contribuir a reparar el tejido dañado. Además, contienen vitamina A, calcio, hierro, magnesio, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B.

¿Qué debes hacer?

  • Vierte un vaso de agua y 2 zanahorias en la licuadora.
  • Licúa hasta tener una mezcla homogénea y bebe una vez al día.

Como ves, estos remedios son muy sencillos de realizar y pueden ser útiles para mitigar los síntomas de la neumonía. No obstante, vale la pena recordar que hablamos de un trastorno respiratorio considerable que, tratado a tiempo, puede superarse sin problemas. Por eso, ante los primeros síntomas, consulta a tu médico sobre las medidas a seguir.