¿Realmente necesita esa bebida energética o es todo una exageración? Aquí está el desglose de lo que hace la vitamina B12, la cantidad que realmente necesita y cómo saber si se está quedando sin ella.

Hay toneladas de bebidas energéticas en el mercado cargadas de vitamina B12 y otras vitaminas del grupo B que afirman darle un impulso instantáneo de energía. Pero, ¿funcionan?

La respuesta es: Sí, se obtiene una explosión de energía, pero no porque se necesite un aumento de vitaminas. Si bien las vitaminas B ayudan a darle energía, no es instantánea. (Ese subidón de energía que sientes es por la cafeína que también está cargada en la botella). Las vitaminas B ayudan a convertir los alimentos que consumes en energía, pero tu cuerpo sólo necesita una cierta cantidad de estas vitaminas. Los fabricantes cargan estas botellas con cantidades astronómicas de estas vitaminas, pero el hecho es que, a no ser que tengas una carencia grave, probablemente no necesites ese plus de vitaminas y todo lo que sobre es, bueno, meado.

¿Qué te parece soltar esos 4 dólares? ¡La próxima vez compra un café! (Bono: El café también está cargado de antioxidantes.)

Si te sientes perezoso, echa un vistazo a nuestras señales de que puedes necesitar un impulso de B12:

  1. Estás cansado: La fatiga es uno de los primeros signos de una deficiencia de B12. Dado que la B12 ayuda a producir glóbulos rojos, un descenso en la producción significará menos oxígeno para mantener sus células en funcionamiento.

  2. Se siente débil: Si apenas puede subir las escaleras o levantar la compra, es posible que sus músculos no reciban suficiente oxígeno.

  3. Está ansioso o deprimido: Los niveles bajos de B12 pueden causar estragos en nuestras emociones, posiblemente porque la B12 es necesaria para la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

  4. Tienes niebla cerebral: Si últimamente sientes que pierdes la cabeza y nunca encuentras las llaves, la culpa puede ser de la B12 baja.

  5. Pierdes peso: Alrededor del 50% de las personas con una deficiencia de B12 pierden las pequeñas protuberancias de la lengua -o papilas-, algunas de las cuales contienen papilas gustativas. Esto puede conducir a una disminución del apetito y a la pérdida de peso, y puede aparecer como una lengua lisa, hinchada y roja.

  6. Está teniendo muchos resfriados: La vitamina B12 es un elemento importante de nuestro sistema inmunitario, ya que ayuda a producir glóbulos blancos.

  7. Tienes las manos y los pies como alfileres y agujas: Con el tiempo, la falta de B12 puede provocar daños en los nervios, causando entumecimiento, debilidad y problemas de equilibrio.

Si estás pensando «¡ding ding ding! Esto me suena a mí!», puede probar a tomar un suplemento para ver si su energía y su estado de ánimo mejoran. (Recuerda que la B12 es una vitamina hidrosoluble, así que si tomas demasiada la orinarás). ¿Sigues sin fuerzas? Pide a tu médico que compruebe tus niveles de sangre y vea si tienes anemia. Si tiene un nivel bajo de factor intrínseco o le cuesta absorber la B12, es posible que necesite inyecciones, que mejorarán sus síntomas en pocos meses.

La B12 puede ser apodada la «vitamina de la energía», pero hace mucho más. Este importante nutriente ayuda a fabricar el ADN de todas las células de nuestro cuerpo, mantiene las células nerviosas y forma parte de la producción de glóbulos rojos que transportan el oxígeno.

La deficiencia de B12 es relativamente común, especialmente entre las personas mayores. Mientras que algunas personas no obtienen los 2,4 mcg de B12 recomendados diariamente, otras no pueden absorber lo suficiente, por mucho que lo intenten.

La B12 se encuentra principalmente en los productos animales, por lo que los vegetarianos y veganos suelen complementar esta vitamina. Se pueden encontrar cantidades más pequeñas en las verduras de hoja verde, los cereales integrales, las legumbres, las setas y muchos alimentos, como los cereales, también están enriquecidos con vitaminas del grupo B. El cuerpo puede almacenar entre 2 y 4 años de vitamina B12, por lo que los cambios en la dieta o la digestión pueden tardar en manifestarse. Se calcula que hasta el 15% de la población puede tener una deficiencia.

Puede desarrollar una deficiencia de B12 si es vegetariano, tiene poca acidez estomacal, padece alguna enfermedad que afecte a la absorción en los intestinos, como la enfermedad de Crohn o la celiaquía, se ha sometido a una cirugía de pérdida de peso o no produce suficiente «factor intrínseco», una proteína que se une a la B12 y ayuda a su digestión. Algunos medicamentos comunes, como los de la acidez de estómago, ciertos antibióticos y la metformina, aumentan el riesgo de padecer una deficiencia. A medida que envejecemos también tendemos a absorber menos de este importante nutriente.