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El bostezo podría cumplir una función social (comunicar el aburrimiento) y una función fisiológica (regulación del estado corporal).

La Paresse: Caricatura del sueño o del aburrimiento. Louis Léopold Boilly, 1824. National Library of Medicine Digital Collections

El estudio del bostezo es todo menos aburrido. Cuenta con una rica historia de teorías que se remontan a la Antigüedad, pero hasta ahora la función biológica del bostezo sigue siendo un misterio.

No todos los bostezos son iguales. La mayoría de nosotros bostezamos y nos estiramos (pandiculación) cuando nos despertamos o nos acostamos, bostezamos cuando estamos aburridos o cuando necesitamos «destaparnos» los oídos después de viajar a grandes alturas, e incluso bostezamos sólo porque hemos visto bostezar a otra persona. El acto de bostezar (oscitación) se produce en casi todos los vertebrados, incluso los pájaros y los peces muestran una forma de abrir la boca similar al bostezo. En los seres humanos, el bostezo puede comenzar tan pronto como 20 semanas después de la concepción.

Niño pequeño con pelo largo que lleva sombrero y abrigo de marinero, bostezando. Glen Walker, fotógrafo, 1909. Prints & Photographs Division, Library of Congress

Un bostezo es un movimiento coordinado de los músculos torácicos en el pecho, el diafragma, la laringe en la garganta y el paladar en la boca. Al bostezar, ayudamos a distribuir el surfactante (agente humectante) para recubrir los alvéolos (pequeños sacos de aire) de los pulmones. En general, no podemos bostezar a la orden. Se cree que el bostezo es una acción semivoluntaria y en parte un reflejo controlado por neurotransmisores en el hipotálamo del cerebro. También se asocia a un aumento de los niveles de neurotransmisores, proteínas neuropéptidas y ciertas hormonas.

Bostezo de hipopótamo, zoológico de Jartum, Sudán. Matson Photo Service, 1936. Prints & Photographs Division, Library of Congress

¿Por qué bostezamos?

Hay numerosas teorías sobre por qué bostezamos y los científicos aún no han llegado a ningún consenso. Una de las primeras teorías sobre el bostezo se remonta a Hipócrates, el padre de la medicina, que planteó la hipótesis de que el bostezo precede a la fiebre y es una forma de eliminar el aire viciado de los pulmones. Sin embargo, según las pruebas modernas, parece poco probable que el bostezo sea una función del sistema respiratorio.

William Jennings Bryan, bostezando, en la sala del juicio de Scopes. World Wide Photos, 1925. Prints & Photographs Division, Library of Congress

En los siglos XVII y XVIII los científicos desafiaban las teorías hipocráticas sobre el bostezo. Estas nuevas teorías se centraban en el sistema circulatorio, sugiriendo que el bostezo provoca un aumento de la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y el oxígeno en la sangre, lo que a su vez mejora la función motora y el estado de alerta. Esto podría explicar por qué muchos atletas bostezan antes de practicar sus respectivos deportes. Sin embargo, las pruebas actuales han demostrado que el ritmo cardíaco, la sudoración o la actividad eléctrica del cerebro no aumentan después de bostezar.

Hoy en día, los científicos siguen investigando la(s) función(es) del bostezo. El Dr. Robert Provine, investigador pionero del comportamiento contagioso, sugiere que el bostezo está «asociado con el cambio de un estado de comportamiento: de la vigilia al sueño, del sueño a la vigilia, del aburrimiento al estado de alerta… (Provine, 2005)». Y estudios más recientes han sugerido que el bostezo podría estar relacionado con la temperatura del cerebro (Gallup y Gallup, 2008). Cuando el cerebro se calienta por encima de la temperatura homeostática (estable), podríamos bostezar para enfriar el cerebro. Se teoriza que la sangre más fría del cuerpo inunda el cerebro y la sangre caliente circula hacia fuera a través de la vena yugular.

Escenas de clase en las escuelas públicas de Washington, D.C. – ejercicio de estiramiento y bostezo, 2ª División. Frances Benjamin Johnston, fotógrafo, 1899. Prints & Photographs Division, Library of Congress

El Dr. Andrew Gallup y Omar Tonsi Eldakar (2011) descubrieron que la temperatura exterior también podría afectar a la cantidad de bostezos. Si la temperatura exterior es más cálida de lo normal, el organismo bosteza con menos frecuencia. Una posible explicación de esto es que, como el aire exterior es inútil para el organismo, éste no necesita aspirar más oxígeno mediante el bostezo. Sin embargo, otras pruebas demostraron que la cantidad de bostezos aumentaba cuando aumentaban tanto la temperatura exterior como la temperatura del cerebro.

También hay explicaciones de base sociológica y biológica evolutiva. El bostezo podría estar vinculado a nuestros ritmos circadianos (actividad biológica relacionada con un ciclo de 24 horas) como señal para ir a la cama o como ritual de vigilia. Puede ser una forma de transmitir al grupo social el aburrimiento o la sensación de estrés. El bostezo también puede ser contagioso.

La cosa más importante del universo : la ilustración muestra a dos marcianos, uno de ellos sosteniendo un telescopio y bostezando… Louis M. Glackens, ilustrador, para Puck v.60, no.1549, 7 de noviembre de 1906. Prints &División de Fotografías, Biblioteca del Congreso.

Teorías del bostezo contagioso

El bostezo contagioso proviene de presenciar a alguien o pensar en otra persona bostezando. Según los estudios (Platek, et al), entre el 42 y el 55% de los adultos humanos bostezan durante o después de ver una cinta de vídeo de otra persona bostezando repetidamente. Suele ocurrir en seres humanos normales de edad avanzada y bien adaptados. Tradicionalmente, no se observa en seres humanos menores de cinco años o en personas con autismo.

El psicólogo evolutivo Gordon Gallup, describe mejor el bostezo contagioso como un «mecanismo empático primitivo relacionado con la atribución del estado mental (Oxford Handbook of the Self, 2011: p100).» El bostezo activa las partes de imitación motora, empatía y comportamiento social del cerebro. Las neuronas del cerebro se disparan provocando que sientas lo que esa persona está experimentando y ordenando que realices la acción aunque no sientas realmente la necesidad.

Después de leer esto puede que te hayas encontrado bostezando. Espero que no haya sido porque este ensayo te haya parecido aburrido, sino porque te he metido en la cabeza la idea de bostezar.

Buenas noches. 1912. Prints & Photographs Division, Library of Congress.