Una llamada telefónica obscena es una llamada telefónica no solicitada en la que una persona utiliza un lenguaje soez o sexual para interactuar con alguien que puede ser conocido o que puede ser un completo desconocido. La realización de llamadas telefónicas obscenas para la excitación sexual u otro tipo de placer sexual se conoce como escatología telefónica y se considera una forma de exhibicionismo.
La escatología telefónica suele clasificarse como una parafilia desde el punto de vista psiquiátrico. Se encuentra en el DSM-5 como otro trastorno parafílico especificado. Los términos psiquiátricos relacionados (como coprofonia) se acuñaron en Australia, Estados Unidos y Alemania; la mayor parte de la literatura pertinente es norteamericana. Desde el punto de vista del receptor de las llamadas, las llamadas obscenas pueden considerarse una forma de acoso sexual, de acoso o de ambos.
En algunos estados de Estados Unidos, realizar llamadas telefónicas obscenas es un delito menor de clase 1. En el Reino Unido, las llamadas telefónicas obscenas se castigan con una multa de hasta 5.000 libras esterlinas o hasta seis meses de prisión en virtud de la Ley de Justicia Penal y Orden Público de 1994.
En general, se aconseja a los receptores involuntarios de llamadas telefónicas obscenas que simplemente cuelguen a los llamadores obscenos y luego denuncien el incidente a la compañía telefónica o a la policía. Incluso cuando no se muestra el identificador de llamadas, éstas son registradas por la compañía telefónica, por lo que se puede descubrir el número de teléfono del agresor. Sin embargo, muchas personas que realizan regularmente llamadas telefónicas obscenas utilizan teléfonos de pago o móviles de prepago, y en estos casos es necesaria una investigación más amplia. La prevalencia de la telefonía por Internet y las sofisticadas operaciones internacionales también han obstaculizado la investigación de las llamadas telefónicas molestas.
El grupo demográfico que más comúnmente comete llamadas telefónicas obscenas oscila entre los 12 y los 16 años, con una media de 14 años de edad. A menudo son inadaptados desde el punto de vista emocional o de la conducta y han mostrado signos previos de abuso sexual, además de haber cometido ya abusos sexuales. Los que realizan llamadas telefónicas obscenas suelen ser varones, se sienten inadecuados, tienen sentimientos de aislamiento, tienen problemas para entablar relaciones y consideran que hacer llamadas telefónicas obscenas es la única forma que tienen de expresarse sexualmente.
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