Antecedentes: El linfoma maligno que se presenta como una masa solitaria en la pared torácica no se ve con frecuencia. Sólo se han encontrado unos pocos informes de casos en la literatura inglesa. El tratamiento del linfoma primario de la pared torácica sigue sin estar claro.
Métodos: De 1991 a 2004, de 157 pacientes con presentación inicial de masa aislada en la pared torácica, se diagnosticó linfoma no Hodgkin en 7 de ellos. Se excluyeron del estudio los pacientes con tumores procedentes de los ganglios linfáticos axilares o con linfadenopatía mediastínica con extensión a la pared torácica. Se revisó la manifestación clínica, el manejo y el resultado de estos pacientes.
Resultados: Hubo 1 mujer y 6 hombres con una edad media de 66,5 años. El diámetro medio mayor de la masa fue de 10,3 cm. Cuatro de estos 7 pacientes tenían el linfoma de la pared torácica como único sitio de la enfermedad. Los otros 3 pacientes tenían afectación de otros órganos, como el pulmón, el hueso o el hígado. Los diagnósticos patológicos fueron linfoma maligno en 2 pacientes y linfoma difuso de células B grandes en 5 pacientes. A tres pacientes con linfoma de la pared torácica como única localización de la enfermedad se les practicó una escisión del tumor seguida de quimioterapia adyuvante. No se observó ninguna recidiva ni metástasis en estos 3 pacientes. El periodo medio de seguimiento fue de 102 meses. El otro paciente con linfoma de la pared torácica como única localización de la enfermedad, al que se le administró quimioterapia como tratamiento inicial, permaneció libre de enfermedad durante 6 meses después del tratamiento. Los otros 3 pacientes con afectación de otros órganos que fueron tratados con quimioterapia con o sin radioterapia murieron de la enfermedad después de una supervivencia media de 20 meses.
Conclusiones: El linfoma maligno que se presenta como una gran masa en la pared torácica no es frecuente. Aunque el tratamiento primario de elección para el linfoma con o sin afectación de la pared torácica es la quimioterapia, la cirugía seguida de quimioterapia adyuvante puede proporcionar un resultado satisfactorio para algunos pacientes en los que el linfoma de la pared torácica era el único lugar de la enfermedad.
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