A pesar de tener una población relativamente pequeña, Noruega ha sido el lugar de nacimiento de muchas personas famosas e influyentes, así como el caldo de cultivo de una gran cantidad de inventos creativos. Puede que los inviernos fríos y oscuros sean suficientes para inspirar el pensamiento imaginativo a gran escala, o tal vez haya algo en el aire fresco del Ártico y en la dieta rica en pescado de la mayoría de los noruegos. Probablemente nunca lo sabremos. En cualquier caso, he aquí algunas cosas que el mundo debe agradecer a Noruega…
El suntuoso salmón
Uno de los mejores salmones del mundo se cría en los limpios y fríos fiordos y en las aguas costeras de Noruega, y es famoso por su frescura, su valor nutritivo y su fantástico sabor. Noruega exporta salmón a más de 100 países de todo el mundo, gracias a una industria de cría sostenible que es capaz de satisfacer la demanda de los consumidores durante todo el año.
El problemático pero brillante Edvard Munch
El artista más famoso e influyente de Noruega, Edvard Munch, es conocido sobre todo por sus obras expresionistas de finales del siglo XX. Su arte se caracteriza por la vívida angustia mental que era capaz de representar, y su obra más famosa, El grito, es una composición formada por cuatro versiones, dos de las cuales residen en la Galería Nacional de Oslo. Munch nació en Noruega en 1863 y creció en lo que hoy es Oslo, y se sabe que su infancia estuvo llena de tragedias y conflictos, ya que su madre falleció cuando aún era joven y su padre luchaba contra una enfermedad mental. Los historiadores del arte sugieren que la represión de muchos problemas emocionales profundos fue un factor que influyó en la naturaleza de su obra posterior.
Roald Dahl, el cuentacuentos favorito de todos los niños
Roald Dahl es venerado en todo el mundo por sus maravillosos e ingeniosos cuentos infantiles, entre los que se encuentran clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas, Matilda y James y el melocotón gigante. Nació en septiembre de 1916 en el sur de Gales, de padres noruegos (así que eso cuenta como noruego, ¿no?), y muchos de sus cuentos han sido adaptados en películas y obras de teatro, siendo la más reciente transformación de Matilda en un musical teatral un gran éxito.
Los Juegos Olímpicos de Invierno
Como cabría esperar de un país repleto de montañas y estaciones de esquí, Noruega tiene una orgullosa historia de deportes alpinos, y siempre son competitivos en los Juegos Olímpicos de Invierno. De hecho, los noruegos han ganado más medallas olímpicas de invierno que cualquier otra nación, y también han sido sede del evento en dos ocasiones, en Oslo en 1952 y en Lillehammer en 1994.
La felicidad, simple y llanamente
Así es, según un reciente estudio encargado por las Naciones Unidas, la población de Noruega es una de las más felices del mundo. De hecho, es el tercer país más feliz después de Finlandia y Dinamarca, lo que aparentemente se debe a una serie de factores, como la riqueza, la movilidad social, la libertad política y las fuertes conexiones comunitarias. Los comentaristas han afirmado que esto puede deberse en parte a la relación única de Noruega con su clase política, en lo que debe ser una de las relaciones de mayor confianza entre los políticos y la población en general en todo el mundo.
Impresionantes fiordos
Experimentar un crucero por un fiordo noruego es escapar realmente del clamor de la vida moderna, así como una oportunidad de presenciar algunos de los espectáculos naturales más impresionantes del mundo. Desde la emblemática vista de Pulpit Rock sobre el extraordinario Lysefjord hasta las magníficas e imponentes paredes del Sognefjord, cada una de ellas es una puerta a una serenidad largamente olvidada que le dejará sin palabras.
Una orgullosa herencia vikinga
Creo que, en general, los vikingos lo pasan bastante mal y se les recuerda por sus andanzas más brutales por Europa occidental. Sin embargo, no todo eran cascos con cuernos, barcos largos y saqueos. Para ser justos, también eran hábiles artesanos con una cultura fascinante y una afición por contar historias, y muchas de las atracciones noruegas relacionadas con los vikingos contribuyen a mejorar su reputación, como el Museo del Barco Vikingo de Oslo.
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