El mayor estudio sobre la hipertensión jamás realizado ha descubierto que la simple «píldora de agua» es preferible a los fármacos más nuevos, populares y caros, y debería ser la opción designada «para iniciar el tratamiento de la hipertensión arterial».
¿Pero qué ocurre si usted se encuentra entre los 24 millones de estadounidenses que toman otros tipos de medicamentos para controlar la hipertensión? ¿Debería hablar con su médico de cambiar a un diurético (píldora de agua), cuyo uso ha disminuido en las últimas décadas con la introducción de fármacos más nuevos?
«Sí», dice el investigador principal de este estudio de referencia, llamado ALLHAT por sus siglas en inglés, Antihypertensive and Lipid-Lowering Treatment to Prevent Heart Attack Trial.
«La conclusión de nuestro estudio es que los diuréticos deben considerarse el primer paso para tratar todos los nuevos casos de hipertensión», dice a WebMD el doctor Barry R. Davis, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Texas. «Pero los diuréticos también deberían formar parte de todos los regímenes de hipertensión».
Davis añade que, si bien los resultados del estudio recomiendan el uso de diuréticos para iniciar el tratamiento de la hipertensión, no debe interpretarse como una sugerencia de que sólo los pacientes recién diagnosticados se beneficiarían de ellos.
«De la forma en que se llevó a cabo el ensayo clínico, el 90% de los participantes en el estudio habían estado tomando algún tipo de medicación , y se les suspendió la medicación y se les cambió a cuatro fármacos diferentes de forma aleatoria -incluyendo el diurético», dice. «Y a los que tomaron los diuréticos, que son mucho menos caros, les fue igual de bien o mejor».
Además, no causan efectos secundarios adicionales a los de los otros fármacos: por lo general, un aumento de la micción que disminuye después de varias semanas, y a veces mareos, debilidad muscular y calambres. «En raros casos, alguien no puede tomarlos porque puede ser alérgico a ellos», dice Davis. «Pero para el paciente medio, son la mejor opción. Así pues, si se está tomando otra medicación y la presión arterial no está controlada, y hay que añadir otra medicación, como suele ocurrir, debería ser un diurético».
Los resultados del ensayo ALLHAT, de ocho años de duración, publicados recientemente en la revista Journal of the American Medical Association, aportan una nueva atención a este viejo estándar en el tratamiento de la presión arterial, que funciona eliminando el exceso de sal y agua del organismo. El diurético genérico utilizado en el estudio, la clortalidona, se consideró mejor opción que otros dos tipos de tratamiento que pueden costar hasta 30 veces más: los inhibidores de la ECA Prinivil o Zestril y el antagonista del calcio Norvasc. Un tercer medicamento, el alfabloqueante Cardura, se retiró del estudio hace unos dos años porque aumentaba el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares en los participantes en el estudio.
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