En las sociedades a lo largo de la historia, ha habido dos grandes modos de pensar: la oralidad y la alfabetización. A medida que avanzaba el tiempo y se introducían y adoptaban nuevas tecnologías de comunicación, se producían cambios en la forma de pensar y cambios en el poder.

En las sociedades a lo largo de la historia, ha habido dos modos principales de pensar – la oralidad y la alfabetización. A medida que avanzaba el tiempo y se introducían y adoptaban nuevas tecnologías de la comunicación, se producían cambios en la forma de pensar y cambios en el poder. Es importante reconocerlo porque actualmente nos encontramos en una transición hacia el mundo digital, y con ello, la forma de pensar puede estar cambiando. Este artículo sostiene que la adopción generalizada de las nuevas tecnologías de la comunicación provoca cambios en nuestra forma de pensar, así como cambios en el poder. En el mundo oral, nos basamos en el pensamiento mítico. Con el tiempo, el pensamiento mítico evolucionó hacia la racionalidad debido al poder que la alfabetización y el libro tenían en nuestra sociedad. Este artículo analiza los cambios en el pensamiento de un mundo oral a uno alfabetizado, los cambios en el poder y que deberíamos preocuparnos por la influencia que las tecnologías de la comunicación tienen en nuestro futuro.

Desde el siglo XII a.C. hasta el siglo V a.C. vivimos en una cultura oral. Esta sociedad se basaba en gran medida en el pensamiento mítico y la lógica concreta. Es evidente que la gente se basó en el pensamiento mítico en este período debido a la implicación sensorial total, el razonamiento contiguo y la amnesia estructural. En el modo de pensamiento oral, la experiencia era concreta, vívida y analógica. El uso del incienso, el vino, las velas, las flores y los cánticos por parte de la Iglesia Católica es un buen ejemplo de cómo se creaba una experiencia concreta a través de la implicación sensorial total. La gente de esta época no estaba acostumbrada a pensar de forma abstracta como lo hacemos hoy en día. Pensaban de forma muy simplista y concreta, utilizando sus sentidos y experiencias para facilitar la comprensión de las ideas. El concepto de transubstanciación es un ejemplo de la forma en que se procesaba el pensamiento en esta época. Para los católicos, el vino y el pan durante la comunión se convierten literalmente en la sangre y el cuerpo de Jesús. Esta idea demuestra perfectamente el significado detrás del razonamiento contiguo. Otro ejemplo de razonamiento contiguo sería que si me pusiera una máscara de león, me convertiría literalmente en un león. Esta forma de pensar nos parece extraña y es difícil de relacionar, pero esta es la forma en que se procesaba el pensamiento durante la cultura oral. A medida que se desarrollaron e introdujeron nuevas tecnologías de la comunicación, concretamente la escritura, esta forma mítica de pensar se transformó.

Durante el siglo V a.C. se introdujeron las vocales y la escritura. Esto contribuyó a que la escritura se convirtiera en algo habitual entre los ciudadanos de a pie. Platón y Aristóteles fueron de los primeros en anotar las ideas y utilizar la escritura como una nueva herramienta educativa. Con la introducción de la escritura, las ideas dejaron de ser efímeras: la narración como práctica educativa empezó a desaparecer. Las ideas se vinculan a una persona, un lugar o una cosa cuando se escriben: su significado queda fijado y definido. Ahora que las ideas se definen, se enuncian y se fijan, otros pueden leer y reflexionar sobre su significado por primera vez. Las habilidades de reflexión y cuestionamiento empezaron a ser más importantes para las personas que vivían en la era letrada. La edad de la razón surgió por el cambio en nuestro modo de pensar. En lugar de traducirse literalmente, ahora era posible escribir y pensar de forma creativa. Por ejemplo, la frase «hay un elefante blanco en la habitación». En una cultura oral, alguien que escuchara eso pensaría literalmente que había un elefante físico en la habitación. Sin embargo, tras la aparición de la escritura, la gente pudo reconocer que el elefante es una representación de otra idea, no una figura literal. El pensamiento abstracto, la lógica y la razón surgieron durante esta nueva era alfabetizada. También se formaron la racionalidad y la capacidad de análisis. La capacidad de mirar dos cosas y comparar y contrastar también condujo a las referencias cruzadas y a la indexación, algo de lo que todavía dependemos en gran medida hoy en día. La capacidad de razonar nos llevó a cuestionar las ideas y afirmaciones de otros, lo que impulsó la revolución científica. Esta nueva forma de pensar también afectó a otros aspectos de la sociedad.

Nuestra forma de pensar cambió debido a la aparición y amplia aceptación de la escritura como tecnología. Comenzamos a pensar en patrones lineales. Al pensar en los «años» ya no nos basábamos en la idea del renacimiento eterno o de las estaciones cíclicas. De repente, existía un final finito: un pasado, un presente y un futuro (principio, medio y final). Esto se considera una consecuencia de la alfabetización, la idea de este nuevo pensamiento abstracto y contraintuitivo. La introduccion de la alfabetizacion generalizada no solo cambio el pensamiento, sino que tambien cambio las principales fuentes de poder.

La iglesia fue la fuerza mas poderosa durante los siglos V al XII d.C. Durante este tiempo, la Iglesia tenia el monopolio del conocimiento en el sentido de que controlaba la alfabetizacion. Los sacerdotes y los monjes eran los únicos funcionarios que sabían leer y escribir. La congregación dependía del sacerdote para compartir el conocimiento oralmente a través de los sermones. Esto creó una oralidad secundaria en la que sólo los ciudadanos de clase alta y los funcionarios de la Iglesia tenían el privilegio de la alfabetización. La Iglesia desempeñaba un papel fundamental en la vida de todos. La gente confiaba en la Iglesia para obtener conocimientos sobre la ciencia, el espacio, la razón y la moral; todos estos temas se transmitían desde el púlpito. Eisenstein se refirió a la profundidad de la influencia de la Iglesia en las instituciones de la sociedad: «Hasta la llegada de la imprenta, la investigación científica sobre ‘cómo van los cielos iba de la mano de las preocupaciones religiosas sobre cómo llegar al cielo'». La Iglesia Católica influía en todos los aspectos de la vida: eran la institución religiosa dominante, la institución educativa, e influían en las decisiones de las instituciones gubernamentales. Formaron las identidades de grupo de las personas y desempeñaron un papel importante en la institución de la familia. No se puede discutir que la Iglesia fue una de las fuerzas más poderosas durante la cultura oral y el surgimiento de la alfabetización.

Hasta el desarrollo de la imprenta en el siglo XV d.C., la Iglesia se basó en la narración de cuentos para educar al pueblo de la oralidad. El pensamiento mítico cambió rápidamente con la revolución del lenguaje impreso. La alfabetización aportó muchos beneficios y avances a la sociedad, pero también conllevó consecuencias. Una de las consecuencias de la alfabetización fue la democratización del conocimiento. El poder de la Iglesia se nutría del hecho de que nadie los desafiaba. La educación había pasado de estar monopolizada por la Iglesia a una democracia libre en la que las ideas de muchos eruditos se difundían fácilmente a las masas (con la ayuda de la imprenta). Cuantos más científicos expresaban sus opiniones en contra de las verdades incuestionables de la Iglesia (como Nicolás Copérnico), más individuos daban un paso atrás y cuestionaban sus creencias personales. La Iglesia no podía impedir que los individuos se educaran, dijeran lo que pensaban, se rebelaran y formaran las iglesias protestantes. Esta revolución planteó problemas a la Iglesia católica porque su monopolio del conocimiento y del poder comenzó a disolverse. Cuando Martín Lutero publicó sus 95 tesis, éstas se distribuyeron rápidamente gracias a la imprenta. Quiera o no, se inició una revolución. La gente empezó a desafiar a la Iglesia y a resistirse a su control. Otra consecuencia de la alfabetización es el desarrollo del individualismo. En la cultura oral, la mentalidad de grupo era muy importante. Sin embargo, en el mundo alfabetizado, la gente ya no se vinculaba a un determinado grupo o idea, sino que fluía libremente entre ellos. A medida que las personas formaban identidades como individuos y se «descubrían a sí mismas», el poder le fue arrebatado a la «única y verdadera» Iglesia.

Gracias a las innovaciones en las tecnologías de la comunicación, concretamente a la imprenta, vimos cómo el pensamiento y las estructuras de poder se adaptaban a la nueva cultura del mundo letrado. Es importante tener todo esto en cuenta porque ahora mismo nos encontramos en otra transición cultural. Es difícil mirar desde fuera hacia dentro lo que nos está ocurriendo específicamente hoy, pero mirando al pasado, y escuchando lo que han concluido estudiosos como Innis, podemos hacer una conjetura de lo que puede estar ocurriendo. A medida que nos adentramos en este mundo digital, ¿qué partes de la alfabetización y la oralidad permanecerán? ¿Qué aspectos de nuestra alfabetización actual cambiarán o serán superados? Algunos sostienen que estamos avanzando hacia otra oralidad secundaria y que en realidad podemos estar retrocediendo. Harold Innis sostiene que «las invenciones en las tecnologías de la comunicación obligan a reajustes en el monopolio del conocimiento». Al observar la transición del mundo oral al alfabetizado, está claro que el libro como tecnología de la comunicación, combinado con la imprenta, revolucionó por completo nuestra forma de pensar y de poder, condujo a la democratización del conocimiento y cambió quién tenía el monopolio del conocimiento. ¿Podría ser esto lo que nos está ocurriendo hoy? ¿Está Internet, como tecnología de la comunicación, cambiando nuestra forma de pensar? Innis también hace una profunda afirmación en su libro The Bias of Communication (El sesgo de la comunicación) donde sugiere que nos volveremos tan dependientes de las nuevas tecnologías de la comunicación que evolucionaremos para convertirnos en un tipo diferente de civilización.

Tal vez podamos suponer que el uso de un medio de comunicación durante un largo período determinará en cierta medida el carácter del conocimiento que se comunicará y sugerir que su influencia omnipresente acabará por crear una civilización en la que la vida y la flexibilidad se volverán excesivamente difíciles de mantener y que las ventajas de un nuevo medio llegarán a ser tales que conducirán a la aparición de una nueva civilización.

Innis nos advierte de que, a medida que nos acostumbramos y dependemos de las tecnologías de la comunicación, acabaremos creando un nuevo estilo de vida que nos llevará a convertirnos en una civilización completamente nueva. ¿Es esto algo que debe preocuparnos?

La adopción generalizada de las nuevas tecnologías de la comunicación provoca cambios en el poder y altera nuestra forma de pensar. El estudio de los cambios culturales del pasado nos permite comprender mejor lo que nos ocurre hoy. Hemos asistido a una completa revolución en nuestra forma de pensar cuando la alfabetización dominó el mundo. Pasamos del pensamiento mítico a un mundo en el que la razón y las ideas abstractas se convirtieron en la norma. Cuestionar y comparar las ideas de los demás nos llevó a un cambio de poder que nos alejó de la Iglesia Católica y creó una democracia del conocimiento omnipresente. ¿Cómo podemos prepararnos para los inminentes cambios que traerá la era digital? ¿Podemos prepararnos del todo? Quizá no, pero es importante reconocer que la tecnología de la comunicación es una fuerza muy influyente que impulsa el cambio en el conocimiento y el pensamiento.

Bibliografía

Eisenstein, Elizabeth. 1980. «El surgimiento de la cultura impresa en Occidente». Journal of Communication 30 (1).

Innis, Harold Adams. 2008. El sesgo de la comunicación. Toronto; Buffalo, NY: University of Toronto Press.

Weimer, Donna. «De la cultura oral a la cultura letrada». Presentación en el Juniata College, Huntingdon, PA, 25 de septiembre de 2012.

Weimer, Donna. «La edad de la fe». Presentación en Juniata College, Huntingdon, PA, 2 de octubre de 2012.

Weimer, Donna. «La edad de la razón». Presentación en el Juniata College, Huntingdon, PA, 2 de octubre de 2012.