En primer lugar, la buena noticia: según la American Stroke Association, el ictus ha pasado de ser la tercera a la cuarta causa de muerte en Estados Unidos. Ahora, las malas noticias: el ictus sigue siendo la causa más común de discapacidad a largo plazo en los Estados Unidos. Aproximadamente dos tercios de los 500.000 ciudadanos estadounidenses que sufren un ictus cada año tienen síntomas de ictus persistentes que requieren algún tipo de servicios de rehabilitación.
Más buenas noticias: mejorar la recuperación tras un ictus es un área de investigación muy activa. Solíamos creer que el daño cerebral en los adultos era irreparable. Ahora sabemos que esto no es cierto. El cerebro dañado puede recuperar su función de muchas maneras; todas implican un proceso llamado neuroplasticidad. Pueden formarse nuevas conexiones que permitan a las partes sanas del cerebro «sustituir» a las dañadas. Incluso es posible que se formen nuevas células cerebrales a partir de células madre en el cerebro. La neuroplasticidad también se da en cerebros sanos, por ejemplo, cuando un bebé aprende a hablar o una persona aprende a tocar un instrumento musical.
Hemos descubierto mucho sobre cómo cambia el cerebro cuando las personas aprenden cosas nuevas. Ese conocimiento se está aplicando ahora para ayudar a los pacientes que han sufrido un ictus a recuperar la función neurológica.
Algunas personas que sufren un ictus pueden llegar a recuperarse por completo, pero no todas. El grado de recuperación depende de muchos factores, como la parte del cerebro dañada, el tamaño de la zona dañada y la eficacia de los procesos de neuroplasticidad del cerebro. El paciente debe empezar la rehabilitación lo antes posible después del ictus. Los tratamientos de rehabilitación de alta intensidad dirigidos específicamente a los déficits de cada paciente pueden mejorar la neuroplasticidad y ayudar a la recuperación. La neurorrehabilitación implica un trabajo coordinado realizado por un equipo de neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y médicos de medicina física y rehabilitación en una unidad dedicada a la neurorrehabilitación.
Además, se están estudiando muchos enfoques experimentales en pacientes humanos con ictus y en modelos animales de ictus para mejorar la neuroplasticidad más allá de lo que permite la neurorrehabilitación por sí sola. Todavía no están listos para su uso rutinario, pero son muy prometedores.
Por ejemplo, se está evaluando la capacidad de los medicamentos para promover la neuroplasticidad. Uno de ellos, el antidepresivo inhibidor de la recaptación de serotonina fluoxetina (Paxil), se estudió en 118 pacientes con debilidad muscular grave debida a un accidente cerebrovascular. La mitad de los pacientes recibieron fluoxetina y la otra mitad un placebo (píldora sin principios activos) a diario a partir de una semana después del inicio del ictus. Todos los pacientes se sometieron al mismo programa de neurorrehabilitación tras el ictus. El grupo que recibió fluoxetina tuvo una mejora significativamente mayor en la fuerza muscular 3 meses después que el grupo de placebo.
Algunos otros enfoques experimentales incluyen medicamentos para estimular las células madre del cerebro del paciente con ictus para que se activen, métodos para suministrar células madre externas al cerebro lesionado inyectándolas en los vasos sanguíneos del paciente, y una técnica llamada estimulación magnética transcraneal, que tiene la capacidad de apagar la actividad cerebral no deseada que obstaculiza la recuperación y encender la actividad cerebral útil.
Estos tratamientos necesitan más investigación antes de que puedan utilizarse de forma rutinaria. No se ha investigado lo suficiente sobre su funcionamiento, la duración de sus beneficios o su seguridad a largo plazo. Pero todos tienen el potencial de aumentar la neuroplasticidad, y algunos pueden utilizarse en el futuro para mejorar la recuperación del ictus.
Por ahora, la neurorrehabilitación después del ictus en un centro con experiencia en ayudar a la recuperación de pacientes con ictus es el pilar principal, y debe comenzar pronto para obtener los mejores resultados.
¿Ha pasado usted o un familiar por el proceso de recuperación después de un ictus? Por favor, comparta su experiencia.
Cuídese bien,
Robin L. Brey, M.D.
Editor Jefe
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