La nieve en invierno puede causar ceguera por nieve
Las gafas de sol pueden estar en lo alto de la lista de equipaje para unas vacaciones tropicales, pero mucha gente no lo considera tan prioritario para las escapadas a climas más fríos. He aquí por qué debería hacerlo.
Las vacaciones de invierno suelen incluir actividades que implican nieve y hielo. Esto, e incluso conducir en la nieve, puede conducir a una sobreexposición a los rayos UV del sol. Sin una protección ocular adecuada, esto puede provocar fotoqueratitis o ceguera de la nieve, una afección que provoca dolor y pérdida temporal de la visión.
La fotoqueratitis es esencialmente una quemadura solar en el ojo que se produce cuando éste se expone a los rayos ultravioleta o UV invisibles del sol o de otras fuentes como las lámparas solares o las camas de bronceado. Afecta principalmente a la córnea, la superficie exterior curvada del ojo que interviene en su capacidad de enfoque, y a la conjuntiva, la membrana que cubre la parte delantera del ojo y recubre el interior del párpado. Provoca inflamación, dolor y, a veces, una pérdida temporal de la visión.
La ceguera de la nieve no ocurre sólo en la nieve. Puede ocurrir en cualquier entorno en el que se reflejen fuertemente los rayos UV, incluyendo el agua, la arena o el hielo también. También es más común en las alturas, donde los rayos ultravioleta del sol son más fuertes y el aire es más fino. Esta es la razón por la que el esquí y el alpinismo pueden ser incluso más arriesgados que las actividades de verano en una altitud más baja. La nieve y el hielo reflejan más luz ultravioleta que casi cualquier otra superficie. A menudo no sentimos ni notamos el fuerte resplandor, como cuando tomamos el sol en una playa durante el verano. Por ello, la ceguera de la nieve es un peligro invernal silencioso que sólo puede prevenirse mediante la concienciación.
Síntomas de la ceguera de la nieve
Desgraciadamente, al igual que cualquier quemadura solar, no se suelen notar los síntomas de la ceguera de la nieve hasta que el daño ya está hecho. Los síntomas suelen aparecer varias horas después de la actividad, por lo que uno puede no darse cuenta de que fueron causados por la ceguera de la nieve.
Los síntomas incluyen:
- Dolor
- Ardor
- Rojidez
- Gritón
- Costras
- Sensibilidad a la luz
- Resplandor o halos
- Visión borrosa
- Ojos llorosos
- Ojos o párpados hinchados
- Dolores de cabeza
- Pérdida de visión temporal
Cualquier pérdida de visión que se produzca, normalmente volverá en uno o dos días, pero cuanto mayor sea la exposición a los rayos UV, peor será el daño.
Consejos para prevenir la ceguera de la nieve
La ceguera de la nieve es realmente muy prevenible. Todo lo que se necesita es un buen par de gafas de sol de calidad óptica o gafas deportivas. Úselas siempre que esté al aire libre, llueva o haga sol. Los potentes rayos UV del sol pueden atravesar incluso las nubes en un día nublado.
Si practica el esquí, el snowboard, la escalada de montaña o las actividades acuáticas, considere un par de gafas de sol envolventes o gafas deportivas con protectores para evitar que los rayos entren por arriba y por los lados. Llevar un sombrero o un casco con visera también le ayudará a aumentar la protección.
Independientemente de que vaya al norte, al sur o a algún lugar intermedio, asegúrese de meter en la maleta sus gafas de sol de calidad óptica para proteger sus ojos y disfrutar de unas vacaciones seguras, divertidas y agradables.
¿Cómo se trata la ceguera por nieve?
La fotoqueratitis, al igual que las quemaduras solares en otras partes del cuerpo, acaba curándose sola, pero puede ser muy dolorosa. Sin embargo, hay algunas medidas que puede tomar para aliviar los síntomas, entre las que se incluyen:
- Permanecer en el interior, en una zona oscura, hasta que los ojos se vuelvan menos sensibles.
- Utilizar gafas de sol si ayuda.
- Evitar frotarse los ojos.
- Quitarse las lentes de contacto.
- Aplique lágrimas artificiales sin conservantes para añadir humedad.
- Use una compresa fría para calmar sus ojos.
- Pruebe con gotas para el dolor o antibióticos de venta libre según el consejo de su oftalmólogo.
Si sus síntomas empeoran o no mejoran en 24 -48 horas, póngase en contacto con su oftalmólogo inmediatamente.
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