Los Estados Unidos atraen a los académicos médicos del extranjero. Sin embargo, la bienvenida de brazos abiertos que antes se daba a los médicos residentes en América ya no existe por diversas razones. Una serie de barreras basadas en un alto nivel educativo y un sistema rígido de pruebas de habilidades científicas y clínicas y de comunicación, tienden ahora a eliminar a muchos solicitantes. A esto hay que añadir que las facultades de medicina americanas producen ahora un número casi suficiente de nuevos graduados y que los residentes formados en el extranjero suelen ser relegados a programas menos deseables. Es posible que éstos no ofrezcan el nivel de formación esperado por el solicitante. Los programas menos atractivos también tienen menos probabilidades de mejorar las posibilidades del becario de conseguir una carrera académica y un reconocimiento profesional al volver a su país. Los solicitantes de residencias en EE.UU. deben ser conscientes de que sólo los mejores tienen posibilidades de acceder a puestos muy deseados y a becas de calidad tras completar una residencia en Estados Unidos. Todo esto debe sopesarse con el estrés y los elevados costes que ahora conlleva la obtención de una formación médica de posgrado en Estados Unidos. Este estudio trata de resumir lo que un joven médico debe saber sobre el proceso de solicitud de un puesto de residencia en Estados Unidos y lo que puede esperar de él.