La cirugía estética vaginal y los piercings genitales, cada vez más populares, no deberían ser procesados en la mayoría de los casos como mutilación genital femenina (MGF), según las nuevas directrices publicadas por la fiscalía de la Corona.
En un intento de mejorar la forma en que la policía y los fiscales construyen casos en una de las áreas más controvertidas de la aplicación de la ley, el CPS ha revisado su asesoramiento sobre lo que constituye una intervención médica o terapéutica legítima y lo que equivale a una actividad criminal.
Desde que la mutilación genital femenina se prohibió por primera vez en 1985, solo ha habido una condena: a principios de este año, cuando una mujer ugandesa, que vivía en Walthamstow, al este de Londres, fue condenada a 11 años de prisión por cortar a su hija de tres años.
Ha habido varios juicios fallidos, incluyendo el primero en 2015, cuando un médico fue absuelto después de coser a una madre después del parto. El delito ha sido un área legal notoriamente difícil para los fiscales, con acusaciones de que los casos fueron perseguidos para satisfacer la presión política para la acción.
La moda de los procedimientos de «vagina de diseño» y las perforaciones genitales ha complicado la consideración de lo que es ilegal y ha hecho necesaria una orientación más clara. Entre los tipos de operaciones más populares está la labioplastia, que consiste en cortar el tejido labial a ambos lados de la vulva.
Jaswant Narwal, que es el fiscal jefe del CPS en Támesis y Chiltern, así como el líder de la organización en los casos de MGF, dijo: «La mutilación genital femenina es un delito repugnante que puede tener un grave impacto físico y emocional de por vida en las víctimas.
«Queremos enviar un fuerte mensaje de que este delito no tiene que llevarse a cabo en el Reino Unido para que las personas sean procesadas por el CPS – buscaremos justicia para las personas afectadas por esta horrible práctica. No hay lugar donde esconderse.
«Esperamos que esta nueva guía dé a las víctimas, a la policía y a los fiscales la confianza y la orientación práctica que necesitan para llevar ante la justicia a más autores de este traumático abuso».
La Ley de Mutilación Genital Femenina de 2003 aumentó la pena máxima por MGF a 14 años. Los sospechosos pueden ser enjuiciados en el Reino Unido independientemente del lugar del mundo en el que se haya llevado a cabo el procedimiento.
Según el Ministerio Público, la corta edad de las víctimas y la reticencia a denunciar el delito a la policía debido a los tabúes culturales han sido las causas del bajo nivel de denuncias.
Las nuevas directrices publicadas el jueves aclaran el límite entre las operaciones de «vagina de diseño» y la MGF. En teoría, algunas cirugías vaginales cosméticas, como la labioplastia, podrían estar incluidas en la definición de MGF de la ley de 2003.
Pero se aconseja a los fiscales que consideren también factores de interés público, como la edad de la presunta víctima, si dio su consentimiento libre y con pleno conocimiento de causa, el nivel de daño físico o mental causado y el impacto en la calidad de vida de la persona ahora y en el futuro.
La perforación de los genitales femeninos – «para adornarlos con joyas u otros accesorios con el mero propósito de decoración personal o con el fin de aumentar la sensación de contacto sexual»- no suele equivaler a la MGF, dice el consejo.
En relación con la cirugía estética o la labioplastia, la orientación afirma: «Los fiscales deben considerar las pruebas de necesidad. Esto puede incluir razones psicológicas para la cirugía, lo que significa que la cirugía tendrá un elemento terapéutico».
Los factores que hacen más probable que se inicien los cargos son, entre otros, si la víctima apoya la acusación, si hay daño mental o físico causado, si la víctima era menor de 18 años y si no hubo beneficio médico.
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