Todos los bebés varones nacen con fimosis en su miembro viril, lo que significa que presentan una piel que recubre y protege el glande, que es la cabeza del pene, que irá desplegándose poco a poco hasta que, entre los 3 y los 5 años de edad, el glande se descubrirá por completo gracias a un retraimiento natural de la piel. La circuncisión de los bebés y niños consiste en el corte de esa piel del prepucio para despejar el glande.
Un proceso natural en el desarrollo de los niños
En el 90 por ciento de los niños, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el glande se descapulla con normalidad a los 5 años de edad. El resto, es decir, los que no lo han conseguido, aún pueden esperar hasta la adolescencia para hacerlo. Y es que al llegar a la adolescencia sólo el 1 por ciento de los niños varones tiene dificultades para ver su glande, ya que la aparición en la pubertad del esmegma, una secreción blanquecina y con un fuerte olor característico que sólo producen los varones no circundados y las mujeres, contribuye a la definitiva separación del pellejo.
La cincuncisión infantil, una operación en quirófano
La circuncisión está recomendada por razones médicas en casos de fimosis, que es una alteración, a veces congénita, que impide que el glande despunte con normalidad. La piel que lo recubre, el prepucio, no se retrae con normalidad y la punta del pene no asoma como debe. En la edad adulta provoca dificultades para mantener relaciones sexuales y puede causar dolor al orinar, aunque esto último es extraño en niños.
La cirugía de la circuncisión es sencilla, simple y rápida. Dura apenas una hora y tiene riesgos muy limitados. Además de circuncisión también se llama postectomía. Durante esta intervención en quirófano se corta y retira el prepucio, que es el trozo de piel que normalmente cubre al glande. Existen diversas técnicas para realizar esta operación, y en todos los casos el resultado es que el glande queda permanentemente descubierto. Esta cirugia se hace con anestesia local en adultos, y con anestesia general en niños, y se suele dar el alta el mismo día, es decir, el procedimiento es ambulatorio y no precisa internación hospitalaria, a menos que existan complicaciones con la anestesia general en niños.
Algunos especialistas recomiendan que se enseñe a los niños a retraerse la piel cuando se bañan porque el agua y la humedad pueden ir deshaciendo las adherencias de la piel. No obstante, hay que advertir que debe hacerse con mucho cuidado, sin dar tirones ni forzar, porque si la piel se despega de manera traumática, la herida que ocasione volverá a pegarla al glande cuando cicatrice y es peor el remedio que la enfermedad.
Cuando la circuncisión es necesaria
La circuncisión se hace necesaria por razones médicas en caso de:
1. Balanitis de repetición. Está infección o inflamación de la piel que recubre el glande del pene está causada por una higiene deficiente.
2. Fimosis. Se presenta cuando el ‘anillo fibroso’ que recubre el glande impide que éste pueda retraerse y descubrirse, lo que puede dar lugar a infecciones bajo el prepucio sobrante.
3. Condilomatosis peneanas. Enfermedad de transmisión sexual, causada por el virus del papiloma humano (VPH). Cuando las verrugas que pueden aparecer en el glande y el prepucio están muy extendidas, la cirugía es necesaria.
4. Cáncer de pene. Se recomienda como parte del tratamiento de estos cánceres, dependiendo de su ubicación y extensión.
En general, se recomienda cuando existen infecciones frecuentes en el pene, y en la orina; cuando existe dolor y dificultad al orinar; cuando existe dolor durante las relaciones sexuales y cuando hay presencia de parafimosis (una urgencia urológica producida por la inflamación del anillo que forma el prepucio retraído. Puede ahogarlo hasta el punto de ocasionar la pérdida del glande).
Ventajas e inconvenientes de la circuncisión
Entre las ventajas de la circuncisión en los varones, numerosas investigaciones han revelado que los hombres circuncidados sufren en menor medida cáncer de pene y tienen menos posibilidades de contraer infecciones de transmisión sexual, desde sífilis y gonorrea hasta el mismo virus del sida.
El hecho de que el glande esté siempre al aire facilita una mejor higiene, lo que contribuye también a que se registren un 10 por ciento menos de casos de infecciones en los circuncidados que en los no circuncidados. Otra ventaja añadida para los varones operados es que el riesgo de parafimosis se reduce a cero.
Entre sus inconvenientes, el más llamativo consiste en la pérdida de sensiblidad del glande en los varones operados. Un aspecto que se nota en las relaciones sexuales y que se atribuye al roce constante de la piel del glande con la ropa interior.
Marisol Nuevo.
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