¡Asombroso! Megabates gigantes
El zorro volador gigante de corona dorada recibe su nombre de especie por el pelaje dorado que rodea la cabeza, en fuerte contraste con el cuerpo negro. Como todos los demás murciélagos de la fruta, no tienen cola. Es uno de los murciélagos más grandes, con una envergadura de 1,5-1,7 m y un peso de 0,7-1,2 kg. Los únicos otros murciélagos con medidas comparables son algunas especies de Pteropus.
Aquí->> Este pájaro parece salido directamente del paraíso
No, estas fotos no están retocadas. Todavía puedo decir que alguien en los comentarios va a ser como, «¡NO PUEDE SER QUE ES REAL, BRO!» Pero estos son mis tipos de animales favoritos para compartir con todos vosotros; unos que no pueden existir en la Tierra, ¡pero existen! El zorro volador gigante de corona dorada (Acerodon jubatus) es un excelente ejemplo de uno de esos animales.
Estos enormes y raros murciélagos reciben su nombre por el pelaje dorado que tienen sobre la cabeza y que contrasta fuertemente con su cuerpo grande y oscuro. Los zorros voladores gigantes de cresta dorada tienen una asombrosa envergadura de entre 4’10″ y 5’7″. Pesan entre 1,5 y 2,6 libras. Con unas alas tan largas, tienen que envolverlas alrededor de todo su cuerpo mientras duermen haciendo que parezca que están envueltos en una larga capa negra. Así es como se sabe que hay un murciélago grande.
Se sabe poco sobre el comportamiento de estos impresionantes murciélagos porque la zona que habitan es muy remota. Se han registrado en elevaciones que van desde el nivel del mar hasta los 1.100 m (3.600 pies). Hacen viajes locos para encontrar comida (su favorita son los higos) y volarán 25 millas o más en UNA NOCHE para llenar sus estómagos. Otra razón de peso para encontrar a estos tipos es que no soportan a los humanos (¿se les puede culpar?) y en un estudio realizado en 2005 no se encontró ningún murciélago viviendo en zonas habitadas. Otro estudio descubrió que son especies obligadas a vivir en el bosque, lo que significa que permanecen escondidos en él la mayor parte del tiempo.
Desgraciadamente, esta increíble especie está amenazada por la deforestación y la caza. Sin embargo, hay un par de organismos que trabajan para preservar el futuro del extraño y maravilloso zorro volador de cresta dorada. El gobierno local de Maitum, Sarangani, en Filipinas, ha organizado una campaña para salvar la especie de la extinción. La región de la bahía de Subic, en Filipinas, acoge gran parte de las investigaciones sobre esta especie. La bahía de Subic es una zona de protección de 14.000 acres (57 km2) gestionada por personas que quieren preservar la especie.
Conservación Internacional del Murciélago, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre y la Fundación Lubee son algunos de los otros grupos que ayudan a salvar esta especie. Proporcionan financiación para la investigación y la educación en todo el mundo, así como a nivel local. Compruébalos para ver cómo puedes ayudar.
El megabat, al contrario de lo que indica su nombre, no siempre es grande: la especie más pequeña mide 6 cm (2,4 pulgadas) y, por tanto, es más pequeña que algunos micromurciélagos. Los más grandes alcanzan una envergadura de 1,7 m y pesan hasta 1,6 kg. La mayoría de los murciélagos de la fruta tienen ojos grandes, lo que les permite orientarse visualmente en el crepúsculo y en el interior de cuevas y bosques.
Su sentido del olfato es excelente. A diferencia de los micromurciélagos, los murciélagos frugívoros no utilizan la ecolocalización (con una excepción, el murciélago frugívoro egipcio Rousettus egyptiacus, que utiliza chasquidos linguales agudos para orientarse en las cuevas).
Pérdida de la ecolocalización
Los murciélagos frugívoros constituyen la única familia (Pteropodidae) del orden Chiroptera que no es capaz de realizar ecolocalización laríngea. La ecolocalización y el vuelo evolucionaron pronto en el linaje de los quirópteros y la ecolocalización se perdió posteriormente en la familia Pteropodidae. Tanto la ecolocalización como el vuelo son procesos energéticamente costosos para los murciélagos. La naturaleza del mecanismo de vuelo y ecolocalización de los murciélagos permite crear pulsos de ecolocalización con un uso mínimo de energía. Se cree que el acoplamiento energético de estos dos procesos ha permitido que ambos procesos energéticamente costosos evolucionen en los murciélagos. La hipótesis es que la pérdida de la ecolocalización se debe al desacoplamiento del vuelo y la ecolocalización en los megabates. El mayor tamaño corporal medio de los megabates comparado con el de los murciélagos ecolocalizadores sugiere que un mayor tamaño corporal interrumpe el acoplamiento vuelo-ecolocalización y hace que la ecolocalización sea demasiado cara energéticamente para conservarse en los megabates
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