El hematoma subdural agudo traumático sigue siendo una de las lesiones craneales más letales. Desde 1981, se ha sostenido firmemente que el factor crítico en el resultado global del hematoma subdural agudo es el momento de la intervención quirúrgica para la eliminación del coágulo; los operados dentro de las 4 horas de la lesión pueden tener tasas de mortalidad tan bajas como el 30% con tasas de supervivencia funcional tan altas como el 65%. Se revisaron los datos de 1.150 pacientes con traumatismos craneoencefálicos graves (puntuaciones de la escala de coma de Glasgow (GCS) de 3 a 7) tratados en un centro de traumatismos de nivel 1 entre 1982 y 1987; 101 de estos pacientes presentaban un hematoma subdural agudo. El protocolo de tratamiento estándar incluía medidas agresivas de reanimación prehospitalaria, intervención quirúrgica rápida y control postoperatorio agresivo de la presión intracraneal (PIC). La tasa de mortalidad global fue del 66%, y el 19% se recuperó funcionalmente. Las siguientes variables se correlacionaron estadísticamente (p inferior a 0,05) con el resultado: accidente de motocicleta como mecanismo de lesión, edad superior a 65 años, puntuación de GCS al ingreso de 3 o 4, y PIC postoperatoria superior a 45 mm Hg. El tiempo transcurrido desde la lesión hasta la evacuación quirúrgica del hematoma subdural agudo con respecto a la morbilidad y la mortalidad del resultado no fue estadísticamente significativo, incluso cuando se examinó a intervalos de una hora, aunque hubo tendencias que indicaban que una cirugía más temprana mejoraba el resultado. Los hallazgos de este estudio apoyan la evidencia fisiopatológica de que, en el hematoma subdural agudo, la extensión de la lesión cerebral primaria subyacente es más importante que el propio coágulo subdural a la hora de dictar el resultado; por tanto, la capacidad de controlar la PIC es más crítica para el resultado que el momento absoluto de la extracción de la sangre subdural.