La celulitis no siempre puede prevenirse, pero el riesgo de desarrollarla puede minimizarse evitando las lesiones en la piel, manteniendo una buena higiene y controlando las afecciones cutáneas como la tiña y el eczema.

Una causa común de infección en la piel es a través de las uñas. El lavado de manos es muy importante, así como mantener un buen cuidado de las uñas recortándolas y limpiándolas. En general, mantener una buena higiene, como ducharse a diario y llevar ropa limpia, puede ayudar a reducir el contacto de la piel con las bacterias.

Si tiene la piel rota, utilice inicialmente un antiséptico y luego mantenga la herida limpia lavándola a diario con agua y jabón. Cubra la herida con un apósito de gasa o una tirita todos los días y esté atento a los signos de infección.

Las personas susceptibles de padecer celulitis, por ejemplo las que padecen diabetes o tienen una mala circulación, deben procurar protegerse con calzado adecuado, guantes y pantalones largos cuando realicen trabajos de jardinería o paseos por el monte, donde es fácil sufrir arañazos o mordeduras. Cuide su piel revisando regularmente sus pies en busca de signos de lesión, hidratando la piel y cortando las uñas de las manos y los pies con regularidad.

Las personas con hinchazón del brazo o la pierna debido a una enfermedad como el linfedema a veces desarrollan una celulitis que vuelve a aparecer. En estos casos, el primer paso es trabajar con el médico para encontrar la causa de la hinchazón y evitar que se produzca la celulitis. El tratamiento de la celulitis sigue siendo el mismo para cualquier causa. En las personas que tienen celulitis más de 2 o 3 veces, tomar antibióticos durante largos periodos (incluso uno o dos años) puede ayudar.

Aunque la celulitis no suele ser contagiosa, es importante lavarse siempre las manos antes y después de tocar la zona infectada. Esto reducirá la posibilidad de propagar más la infección.

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