Síntomas y causas

¿Qué causa el fenómeno de Raynaud (RP) en niños y adolescentes?

El fenómeno de Raynaud en niños y adolescentes está causado por unos vasos sanguíneos demasiado sensibles en los dedos de las manos y de los pies que se ven más afectados por el frío y el estrés. Estos vasos sanguíneos sufren un «espasmo» y se contraen (estrechan), lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo y los cambios de color.

La falta de flujo sanguíneo suele provocar una decoloración pálida, o blanca, de los dedos de las manos o de los pies. Los dedos pueden volverse azules porque se les suministra menos oxígeno y, finalmente, se vuelven rojos cuando la sangre vuelve repentinamente a los dedos una vez finalizado el episodio.

¿Cuáles son los síntomas del fenómeno de Raynaud (PR) en niños y adolescentes?

En la mayoría de los pacientes, los dedos de las manos (o de los pies) se enfrían repentinamente al estrecharse los vasos sanguíneos. El color de la piel cambia notablemente y puede volverse pálido, o púrpura o azul.

Por lo general, un ataque de RP comienza en un solo dedo y luego se extiende a otros dedos de ambas manos. Los dedos índice, corazón y anular son los más afectados, mientras que el pulgar no suele estarlo. Un ataque puede causar molestias, incluyendo una sensación de «alfileres y agujas», dolor, entumecimiento o torpeza de la(s) mano(s) afectada(s).

La sensación de verdadero dolor se produce con más frecuencia en la RP secundaria y está causada por una pérdida prolongada del flujo sanguíneo a los tejidos. Los vasos sanguíneos que irrigan la piel de las orejas, la nariz, la cara, las rodillas y los pezones también pueden verse afectados, y la piel de estas zonas puede volverse pálida o azulada tras la exposición al frío. También puede aparecer un moteado (una decoloración azulada) en la piel de los brazos y las piernas. Los ataques que afectan a los dedos de los pies también son comunes, aunque las personas tienden a quejarse de ellos con menos frecuencia.

Los síntomas de la RP desaparecen cuando se elimina el factor que los ha provocado (el frío o el estrés). Cuando la persona abandona la zona fría y vuelve a calentar su cuerpo, se reanuda el flujo sanguíneo normal y la decoloración desaparece al cabo de 15 a 20 minutos.