Examen pélvico durante el embarazo – ¿Es realmente necesario?

Durante el embarazo, es probable que tenga una serie de controles prenatales con su proveedor de atención médica.

Estos controles son para supervisar su salud y bienestar, así como para comprobar el crecimiento y desarrollo de su bebé.

Algunos médicos y matronas ofrecen exámenes pélvicos como parte de su atención prenatal.

Aunque hay razones por las que un examen vaginal puede ser necesario durante el embarazo, no deja de ser una intervención, y toda mujer debería conocer los riesgos y beneficios antes de someterse a uno.

Si ha hablado con madres experimentadas, podría asumir que los exámenes vaginales prenatales son una parte normal y necesaria de la atención. Aunque hay casos en los que los exámenes vaginales pueden ser útiles antes del parto, en un embarazo sano a término no suelen proporcionar ninguna información necesaria.

¿Cómo se realiza un examen pélvico?

Cuando se realiza un examen pélvico, se quita la ropa inferior y se tumba en la camilla. El médico coloca un dedo índice y medio enguantado en la vagina y evalúa el cuello uterino. Esto puede resultar incómodo, o incluso doloroso, y algunas mujeres encuentran el examen angustioso.

El profesional siente lo blando o maduro que está el cuello uterino, y si hay algún adelgazamiento (borramiento) o apertura (dilatación) del cuello uterino. También se evalúa la posición del cuello uterino: si es posterior (orientado hacia el coxis) o anterior (hacia el frente). Se pueden anotar otros detalles, como hasta dónde ha descendido el bebé en la pelvis, si es que lo ha hecho, y en qué dirección está el bebé (presentación).

¿Por qué se realizan los exámenes pélvicos?

En la mayoría de los casos, se realizará un examen -para hacer una prueba de Papanicolaou y otras pruebas- al principio del embarazo. Si no hay complicaciones durante el embarazo, normalmente no habrá más exámenes hasta alrededor de las 36 semanas. A partir de ese momento, es habitual que los médicos (especialmente en EE.UU.) realicen exámenes en cada visita durante el resto del embarazo. El motivo es comprobar si hay cambios en el cuello uterino y determinar si el parto es inminente.

Algunos profesionales quieren hacer un examen vaginal en cada visita prenatal durante el embarazo. A menos que haya razones médicas de peso, esto no es necesario.

Razones médicas para un examen pélvico durante el embarazo

• Historia de infertilidad
• Problemas ginecológicos
• Dolor en el coito
• Sospecha de problemas cervicales, como cicatrices o parto prematuro
• Necesidad de comprobar el estado favorable del cuello uterino, por si es necesaria la inducción.

¿Puede un examen pélvico indicar cuándo me pondré de parto?

Una de las cosas que no puede hacer una evaluación de su cuello uterino es determinar el día y la hora en que se pondrá de parto. De hecho, las investigaciones han descubierto que hay una sustancia concreta, segregada por los pulmones del bebé, que desencadena el parto. Por lo tanto, el cuello del útero no es un buen indicador de lo que puede ocurrir en el futuro.

Un cuello del útero blando y dilatado hoy no sugiere que mañana o al día siguiente vaya a madurar o dilatarse más. A menudo, las mujeres embarazadas pueden estar ligeramente dilatadas (1-2cms) durante semanas antes de que comience realmente el parto.

La dilatación cervical depende de factores que están fuera de nuestro control. Muchas mujeres experimentan un trabajo de parto previo largo y un trabajo de parto activo rápido, en el que el trabajo de parto temprano ha realizado gran parte del trabajo de maduración y ablandamiento del cuello uterino, y la dilatación es rápida. Otras mujeres pueden tener muchas horas de trabajo de parto antes de que el cuello uterino se dilate. Un cuello uterino que está alto, apretado y cerrado un día puede empezar a adelgazar y dilatarse al día siguiente.

¿Existen riesgos en los exámenes pélvicos?

Aunque el médico utilice un guante estéril, existe la posibilidad de que las bacterias de la vagina sean empujadas hacia el cuello uterino. Esto aumenta el riesgo de infección de las membranas del saco amniótico, que es una complicación grave.

También existe el riesgo de estimular el cuello del útero y romper las membranas (RPM). Si no está previsto, o su bebé no está preparado para nacer, esto puede dar lugar a más intervenciones durante el parto, como el aumento de las contracciones, la monitorización fetal continua, la inducción o incluso la cesárea.

También hay aspectos psicológicos de los exámenes pélvicos. Muchas mujeres a las que se les dice que tienen muchos centímetros de dilatación, con un cuello uterino blando y maduro, esperan ponerse de parto inmediatamente. Sin embargo, pasan los días y siguen embarazadas. Esta expectativa y decepción puede llevarlas a dar su consentimiento o a solicitar una inducción.

¿Qué pasa si mi proveedor de cuidados me dice que debo hacerme un examen pélvico?

Si su proveedor de cuidados insiste en un examen pélvico, es importante saber por qué. Pregunte por el motivo específico del examen, lo que pretende averiguar y cómo va a alterar algo para su embarazo o parto.

Si no está convencida de que haya una buena razón para un examen pélvico, está en su derecho de rechazarlo o de solicitar una segunda opinión.

Si decide seguir adelante con el examen, asegúrese de que su vejiga está vacía y de que está abrigada, cómoda y debidamente cubierta. Debe garantizarse su intimidad y no debe haber personal adicional a menos que usted lo desee. Respire profundamente y relaje los músculos del suelo pélvico para limitar las molestias.

Someterse a un examen pélvico durante el embarazo debe ser algo que usted decida sólo después de tener todos los datos. Debe entender por qué se le sugiere el examen, qué espera descubrir el médico y cómo le ayudará esta información. Se le debe explicar el procedimiento y se debe obtener su consentimiento informado.

Lectura recomendada: ¿Qué es lo que provoca el inicio del parto? y «Lo siento, no estás de parto»: cómo lidiar con esas palabras.