Primero se hizo una introducción general de las enfermedades de la tilapia en el Boletín 11, seguida de un artículo sobre la estreptococosis (Boletín 12) y una visión general de la enfermedad de Columnaris (Boletín 13). La gravedad de las infecciones parasitarias en la tilapia está aumentando con la intensificación de los sistemas de cultivo. Por lo tanto, el presente artículo se centrará en las enfermedades parasitarias de la tilapia y en las posibles medidas de control.

Control de parásitos y etiología de los principales parásitos que afectan a la tilapia

La comprensión de la etiología de las enfermedades parasitarias es de crucial importancia, ya que determina la elección de un posible tratamiento.

Tilapia- Pollo de mar

A diferencia de las enfermedades bacterianas o víricas para las que es necesario identificar el microorganismo a nivel de especie antes de implementar una estrategia de vacunación adaptada, la identificación de los parásitos a nivel de género suele ser suficiente para implementar una estrategia terapéutica o profiláctica eficaz. Por lo tanto, los únicos elementos necesarios para un diagnóstico eficaz de los parásitos en la granja son un microscopio de luz y un conocimiento básico de la taxonomía, el tamaño y la morfología de los parásitos.

Examen microscópico en busca de parásitos

El diagnóstico de los parásitos debe comenzar por una observación macroscópica externa de los peces para comprobar la presencia de parásitos más grandes, como sanguijuelas y copépodos crustáceos. Además, puede sospecharse una infestación por un trematodo digénico cuando se observan larvas amarillas o blancas en la piel. A continuación, el cribado de parásitos debe continuar con la observación de un raspado de piel y branquias mediante microscopía de luz con aumentos de X40 y X100. A estos aumentos, pueden observarse la forma y los movimientos típicos de protozoos ciliados como Trichodina e Ichthyophthirius multifiliis, la presencia de trofontes de Amyloodinium inertes y opacos, o la presencia de parásitos monogénicos. Del mismo modo, la presencia de metacercarias de trematodos digénicos puede demostrarse en una larva cutánea mediante la observación de un frotis fresco al microscopio óptico.
Una vez determinada la identidad del parásito, la gravedad de una infestación parasitaria se evalúa por el número de parásitos que afectan a cada pez. Generalmente, la presencia de un único o pequeño número de parásitos individuales por pez no es un factor alarmante. Sin embargo, la presencia de un número masivo de parásitos en cada pez podría constituir una amenaza real para la población de peces y debería requerir una acción inmediata.
Por lo tanto, la detección rutinaria de parásitos es una parte importante del buen manejo de la salud y debe hacerse de manera regular para permitir una acción rápida en caso de ser necesario. Los parásitos que afectan a la tilapia pueden clasificarse en varios grupos principales: ciliados protozoarios, dinoflagelados, trematodos monogénicos y digénicos, copépodos crustáceos e hirúdidos. La siguiente tabla presenta una breve descripción de algunos de los parásitos más graves de la tilapia.

Ilustración de los principales parásitos de la tilapia, signos clínicos asociados epidemiología y posibles tratamientos
PARÁSITOS Signos de enfermedad Epidemiología / factores de riesgo Posibles tratamientos
Ciliados Trichodina spp.

(Trichodina en el montaje húmedo de las branquias)
Natación errática Raspado contra las paredes Salto fuera del agua Erosión de las aletas, úlceras cutáneas Hiperplasia de las branquias Mortalidad masiva en las fases de incubación y cría Baño de sal Baño de formalina Hsup2;O² Baño de KMnO4
Ichthyophthirius multifilis

(Ich on skin wet ount)
Aparición de manchas blancas en la piel Mucosidad espesa en la piel Retraso en el crecimiento y mortalidad Más grave en las fases larvarias Problema en el sistema de recirculación Baños de formol repetidos Aumento de la salinidad
Dinoflagelados Amyloodinium spp.

(Trophont en el filamento branquial)
Disminución del apetito Intermitente Acumulación de moco Agua salobre 10-15 ppt No se produce en agua dulce H2O&2baños
Trematodos Digenena (Clinostomum spp)

Metacercarias de montaje húmedo del músculo)
Granos (amarillos o blancos) en la piel. Hemorragia cutánea y muerte en caso de penetración masiva del parásito Ocurre en la cría de estanques cuando hay caracoles y aves Remover o erradicar los caracoles del estanque Impedir el acceso de las aves a la explotación
Monogénico Dactyolgyrus spp

(Adulto en montaje húmedo de la piel)
Oscurecimiento de la piel Erosión de las aletas Mucosidad excesiva Movimiento rápido del opérculo Emaciación en peces jóvenes Estados juveniles y alevines Baño de formalina Baño de H2O2
Argulus sp.
(adulto de la piel de los peces)
Irritación de la piel Pérdida de la condición Infección bacteriana secundaria de la piel asociada Severa en fases larvarias y alevines Organofosfatos
Crustáceos Copépodos Lernea spp.

(adultos de la piel del pez)
Frotan contra los lados del recipiente Manchas blanquecinas de gusanos enroscados incrustados en la piel Pueden afectar a la cría de la boca Organófagos
Hirudidae Sanguijuelas

(adultos en la piel del pez)
Alto número de sanguijuelas en un pez adulto induce anemia Severa en etapas tempranas Afectan a peces ya debilitados por otra enfermedad Organofosfatos

Epidemiología y factores de riesgo de las enfermedades parasitarias en la tilapia

Los parásitos forman parte del entorno normal. Hay varios factores que influyen en la prevalencia y gravedad de una enfermedad parasitaria. Estos factores son los biológicos relacionados directamente con la tilapia y los ambientales relacionados con el cuerpo de agua y el sistema de cultivo.
Factores biológicos:

  • Edad: Lo que es cierto para los peces en general también lo es para la tilapia en particular: Los peces más jóvenes son más susceptibles que los adultos. Por ejemplo, las tilapias recién nacidas y los juveniles son extremadamente sensibles a los parásitos protozoarios. Es necesario prestar especial atención a la detección de parásitos en estas etapas para garantizar la máxima supervivencia.
  • Estrés: Las prácticas de cría, como el hacinamiento y los cambios ambientales en la calidad del agua, pueden comprometer el sistema inmunológico de la tilapia y hacerla más susceptible a las infestaciones parasitarias. El número de parásitos aumentará invariablemente en los peces debilitados. Las infestaciones parasitarias pueden hacer que la población de peces sea más propensa a las infecciones bacterianas o virales secundarias, directamente a través de daños en la piel o mediante la inducción de fatiga fisiológica o inmunosupresión. A la inversa, es común observar parásitos en peces principalmente infectados por una enfermedad bacteriana como la estreptococosis.
  • Nutrición: Si la dieta es inadecuada, el sistema inmunológico de los peces puede estar deprimido y no tolerará altas cargas parasitarias. La primera alimentación y las dietas de las primeras etapas son particularmente importantes para ayudar a los peces a sobrevivir a las infestaciones parasitarias.
  • Altas densidades de población: Las altas densidades de población causan estrés y facilitan la transmisión de parásitos. La transmisión directa de pez a pez es utilizada por ciliados protozoarios y trematodos monogénicos. Es mucho más fácil para el parásito encontrar un huésped en poblaciones de alta densidad y esto también permite que el parásito se reproduzca más rápida y eficazmente.

Factores ambientales:

  • Salinidad: Como algunos parásitos sólo sobreviven en agua salobre y otros sólo toleran el agua dulce, la salinidad es un factor importante que influye en la infestación con un parásito específico. Por ejemplo, los dinoflagelados, como Amyloodinium spp., sólo pueden sobrevivir en agua salobre y marina, por lo que este parásito no se da en agua dulce. Por el contrario, algunas especies de Trichodina sólo pueden tolerar el agua dulce y mueren con tan sólo 5ppt de sal en el agua.
  • Calidad del agua: Los parámetros de mala calidad del agua, como el alto nivel de materia orgánica, el alto nivel de amoníaco, el bajo nivel de oxígeno disuelto y la alta carga bacteriana pueden crear un ambiente subóptimo que puede ser estresante para los peces y conducir a una mayor incidencia de brotes parasitarios.
  • Sistema de cultivo: Cada sistema de cultivo tiene sus propias características. Por ejemplo, los tanques o jaulas, que albergan altas densidades de peces, son un buen entorno para la transmisión de ectoparásitos con un ciclo de vida directo, como los trematodos monogénicos. Los estanques de tierra son un entorno más complejo con vegetación donde parásitos como los copépodos crustáceos o las sanguijuelas pueden poner huevos. El lodo puede ser un reservorio de quistes de dinoflagelados como el Amyloodinium o de invertebrados que actúan como huéspedes intermedios, como los caracoles para los trematodos digénidos. Cuanto más grande es el estanque, más difícil es controlar la población de parásitos, ya que está más abierto a los depredadores de los peces, que pueden sembrar huevos y otras fases del parásito. Los sistemas de recirculación tienen su propio conjunto de problemas en relación con el parasitismo: debido a la acumulación de sedimentos y a la lentitud con que se remueve el agua, los sistemas de recirculación también favorecen el crecimiento y la concentración de parásitos. Por lo tanto, es necesaria una vigilancia especial cuando se introducen peces o huevos de peces en estos sistemas.

Medidas preventivas y posible tratamiento de las enfermedades parasitarias en la tilapia

A menudo decimos que es mejor prevenir que curar las enfermedades virales y bacterianas. Este dicho también es cierto cuando se trata de parásitos. Como estos organismos forman parte del entorno normal de los peces, es imposible evitarlos y hay que aprender a convivir con ellos. La naturaleza de los parásitos puede variar según los sistemas de cría y el país. Por lo tanto, el cribado rutinario de los parásitos de los peces sanos y enfermos es un componente importante de la estrategia de prevención para entender qué parásitos hay que vigilar en una determinada granja.
En efecto, la realización de estudios semanales a lo largo de todo un año debería ofrecer una visión completa de la fauna parasitaria presente en la piscifactoría y demostrar las variaciones en la incidencia y la prevalencia debidas a la estacionalidad, la salinidad y la temperatura. Una vez identificada claramente la fauna parasitaria, es importante adaptar algunas de las prácticas de cultivo en función de la biología de los parásitos presentes en la explotación. Por ejemplo, es práctica común en los criaderos de tilapia mantener la salinidad del agua entre 5 y 10 ppt para controlar la población de ciliados protozoarios como Trichodina. En los sistemas extensos de estanques de tierra, el control biológico de caracoles y aves es la estrategia más eficaz para romper el ciclo de los trematodos digénidos y evitar su presencia en los estanques.
En función de la naturaleza de los parásitos presentes en la explotación y de los productos químicos legalmente autorizados en el país de cultivo, existen varios productos químicos potenciales que pueden aplicarse por baño, como la sal, la formalina, el H2O2 y el KMnO4. Sin embargo, la dosis y la duración del tratamiento deben adaptarse a varios parámetros:

  • La edad y el estado fisiológico de los peces: Los juveniles son más sensibles que los adultos al tratamiento químico y no pueden tolerar una concentración similar de producto químico.
  • La disponibilidad de oxígeno puro o de aireación durante el tratamiento: Durante algunos de los tratamientos químicos, como el baño de formol, se reduce la concentración de oxígeno disuelto presente en el agua. En consecuencia, es necesario compensar eso mediante la oxigenación artificial del agua.
  • El tipo de sistema de cultivo: Se puede implementar un tratamiento altamente concentrado utilizando un sistema de lona en una jaula, pero esto se vuelve poco práctico y no es económico cuando se aplica a una gran masa de agua como un estanque. En tales sistemas, deben probarse dosis más bajas de producto químico para una mayor duración de la inmersión.

Cultivo intensivo de tilapia

Por lo tanto, cada tratamiento debe evaluarse a pequeña escala para comprobar su seguridad y eficacia antes de aplicarlo en la granja. Además, debe recordarse que la aplicación de cualquier tratamiento químico puede tener efectos secundarios no deseados. Por ejemplo, el agua salada es un tratamiento eficaz para los ciliados protozoarios; sin embargo, el bombeo de agua de mar sin filtración en la granja puede dar lugar a la introducción concomitante de patógenos bacterianos no deseados. Además, la formalina, otro posible tratamiento químico para los ciliados protozoarios, debe aplicarse con cuidado en los estanques, ya que podría inducir la muerte del plancton.
Por último, deberían aplicarse medidas sencillas de gestión sanitaria en la medida de lo posible para reducir la introducción y la propagación de parásitos en la explotación. De hecho, antes de introducir nuevos peces en una granja o durante el traslado de una unidad a otra, los peces deberían recibir un tratamiento profiláctico contra los parásitos. Además, el equipo de cría debe mantenerse separado entre las diferentes unidades de la granja para evitar la propagación horizontal de parásitos. Después de cada ciclo, los sistemas de mantenimiento de los peces deben limpiarse y desinfectarse adecuadamente para limitar la acumulación de parásitos de un ciclo a otro. En definitiva, dado que los peces estresados son más susceptibles a los parásitos, la regla de oro de todo piscicultor debería ser mantener el nivel de estrés lo más bajo posible, especialmente durante y después de cualquier acontecimiento o procedimiento que provoque estrés, como el transporte, la manipulación, un cambio de estacionalidad y/o un cambio en la calidad del agua.

Junio de 2007