Cuando se observa un elefante, puede parecer lógico suponer que estaría emparentado con un animal grande y gris como el rinoceronte, pero esa suposición sería errónea. Curiosamente, los parientes más cercanos del elefante no se parecen en nada a ellos. Aunque este tema sigue siendo algo controvertido en la comunidad científica, algunos han señalado al jirafa de las rocas como el pariente evolutivo vivo más cercano al elefante¹. Sin embargo, es importante destacar que este argumento no está exento de controversia, y muchos han rechazado la idea de que los huracanes sean los parientes más cercanos de los elefantes².
El huracán de las rocas (Procavia capensis) es un mamífero pequeño, peludo y parecido a la marmota que vive en grietas rocosas en la mayor parte de África³. Al igual que el elefante, el hírax de las rocas pertenece a Afrotheria, que es un superorden formado por los primeros ancestros mamíferos de origen afroárabe que se remontan a hace entre 80 y 100 millones de años⁴. Incluso pertenecen al mismo clado dentro de Afrotheria, llamado Paenungulata. El hírax de las rocas pertenece al orden Hyracoidea, que se separó del camino evolutivo del elefante hace unos 65 millones de años⁵. Esto puede parecer mucho tiempo, pero en realidad no está tan lejos en la escala de tiempo evolutiva. Si se tiene en cuenta el tamaño y el aspecto del elefante en comparación con el del hírax de las rocas, esto resulta bastante sorprendente.
El elefante y el hírax de las rocas comparten en realidad muchas características reproductivas que indican un ancestro común. Tanto los testículos de los huracanes como los de los elefantes permanecen dentro del abdomen retroperitoneal y no descienden a un escroto como los de muchos otros mamíferos⁶. Las hembras tienen un origen placentario similar y llevan a cabo sus embarazos durante largos periodos de tiempo, 7-8 meses y 21-22 meses, respectivamente. El periodo de gestación del huracán es más corto que el del elefante debido a su menor tamaño, pero es muy largo en comparación con otros animales de tamaño similar, como las gatas, que suelen tener una gestación de unos 2 meses. A diferencia de la mayoría de los mamíferos no primates, sus glándulas mamarias están situadas en la parte superior de las patas delanteras en ambas especies⁷.
Aunque los jiráfidos de roca pueden parecer roedores en apariencia, sus incisivos son más similares a los colmillos de los elefantes que a los dientes de los roedores. Tanto los «colmillos» de los elefantes como los de los jiráfidos de las rocas son únicos en comparación con los de otros animales con colmillos, ya que se desarrollan a partir de sus incisivos y no de sus caninos². Al igual que el elefante, el jiráfido de las rocas tiene uñas aplanadas, parecidas a pezuñas, y almohadillas para los pies muy sensibles, aunque también carece de vesícula biliar y espacio pleural dentro de la caja torácica⁶.
Además de estas similitudes morfológicas, el jiráfido y el elefante comparten algunas secuencias de genes mitocondriales y componentes moleculares¹⁷. Recientemente se ha descubierto que ambas especies tienen mioglobina cargada, que se une al oxígeno con más fuerza y está asociada al comportamiento de buceo en animales acuáticos y parcialmente acuáticos. Esto sugiere que ambos pueden haber evolucionado a partir de un ancestro acuático común, a pesar de sus actuales estilos de vida terrestres⁸.
El hírax de roca, al igual que el elefante, es un animal inteligente con capacidad de memoria a largo plazo, aunque, como es lógico, los elefantes de cerebro grande presentan una función cognitiva superior a la de sus primos peludos. A pesar de ello, ambos llevan una vida muy social y utilizan complejas comunicaciones vocales dentro de sus grupos⁹. Esto puede explicarse por el hecho de que el hírax, al igual que el elefante, tiene un hipocampo¹⁰ relativamente grande, la región del cerebro implicada sobre todo en la formación de la memoria¹.
El hírax de roca no es el único pariente inusual del elefante. Otros primos notables son las «vacas marinas» subunguladas: los manatíes (Trichechus manatus) y los dugongos (Dugong dugon). Ambos mamíferos acuáticos tienen incisivos en forma de colmillo y una piel gris y gruesa¹². Tanto los manatíes como los dugongos tienen labios prensiles que tienen una función similar a la trompa de un elefante¹³. Algunas pruebas han sugerido que estos sirenios están en realidad más emparentados con el elefante que con el hírax, pero todavía no hay un consenso definitivo. Quizá lo más importante es que una cosa que tienen en común estas especies es que su peligro se debe a la amenaza de los humanos¹².
Las aparentes relaciones entre especies animales no son exclusivas del elefante. Los equidnas son el pariente más cercano del ornitorrinco¹⁴, se dice que las focas son primas de los osos¹⁵, y los cangrejos de herradura están estrechamente relacionados con las arañas¹⁶. La evolución funciona de forma misteriosa y los científicos se esfuerzan más que nunca por descubrir sus secretos.
¹Perkin, Andrew. «¿Por qué el elefante es un ‘primo’ del hírax? Una breve introducción a la afroteria del arco oriental y los bosques costeros». The Arc Journal: 7.
²Safaris Thomson. «Parecidos a las cobayas, primos de los elefantes: Rock Hyraxes». Thomson Safaris, 2 de febrero de 2015. http://www.thomsonsafaris.com/blog/rock-hyraxes/
³Rübsamen, K., I.d Hume, y W.v Engelhardt. «Fisiología del damasco de las rocas». Comparative Biochemistry and Physiology Part A: Physiology 72, no. 2 (1982): 271-77. doi:10.1016/0300-9629(82)90219-5.
⁴Tabuce, Rodolphe, Robert J. Asher, y Thomas Lehmann. «Mamíferos afroterianos: una revisión de los datos actuales». Mammalia 72, no. 1 (2008). doi:10.1515/mamm.2008.004.
⁵Rohland, Nadin, Anna-Sapfo Malaspinas, Joshua L. Pollack, Montgomery Slatkin, Paul Matheus, y Michael Hofreiter. «Mitogenómica de los proboscídeos: cronología y modo de evolución de los elefantes utilizando el mastodonte como grupo externo». PLoS biology 5, no. 8 (2007): e207.
⁶Carnaby, Trevor. Beat About The Bush: Mammals. Jacana Media, 2006.
⁷»Rock hyraxes and elephants: Las similitudes y las diferencias». Médico de segunda opinión. Consultado el 22 de septiembre de 2017. http://www.second-opinion-doc.com/rock-hyraxes-and-elephants-the-similarities-and-differences.html.
⁸Mirceta, S., A. V. Signore, J. M. Burns, A. R. Cossins, K. L. Campbell, y M. Berenbrink. «Evolución de la capacidad de buceo de los mamíferos trazada por la carga superficial neta de la mioglobina». Science 340, no. 6138 (2013): 1234192. doi:10.1126/science.1234192.
⁹Kershenbaum, Arik, Amiyaal Ilany, Leon Blaustein, y Eli Geffen. «Estructura sintáctica y dialectos geográficos en los cantos de los jirafas de roca macho». Proceedings of the Royal Society of London B: Biological Sciences 279, no. 1740 (2012): 2974-2981.
¹⁰Hakeem, Atiya Y., Patrick R. Hof, Chet C. Sherwood, Robert C. Switzer, L.e.l. Rasmussen, y John M. Allman. «Cerebro del elefante africano (Loxodonta africana): Neuroanatomía a partir de imágenes de resonancia magnética». The Anatomical Record Part A: Discoveries in Molecular, Cellular, and Evolutionary Biology 287A, no. 1 (2005): 1117-127. doi:10.1002/ar.a.20255.
¹Partes del cerebro – Memoria & el cerebro – La memoria humana. Consultado el 29 de septiembre de 2017. http://www.human-memory.net/brain_parts.html.
¹²Marsh, Helene, Thomas J. O’Shea, y John E. Reynolds III. Ecología y conservación de la Sirenia: dugongos y manatíes. №18. Cambridge University Press, 2011.
¹³Marshall, C. D., L. A. Clark, y R. L. Reep. «El hidrostato muscular del manatí de Florida (Trichechus manatus latirostris): un modelo morfológico funcional del uso de las cerdas periorales». Marine Mammal Science 14, no. 2 (1998): 290-303.
¹⁴Weil, Anne. «La evolución de los mamíferos: Relaciones para masticar». Nature 409, no. 6816 (2001): 28-31. doi:10.1038/35051199.
¹⁵Koretsky, Irina A., y Lawrence G. Barnes. «Historia evolutiva y paleobiogeografía de los pinnípedos». Mesozoic and Cenozoic vertebrates and paleoenvironments: tributes to the career of Prof. Dan Grigorescu. Bucarest: Ars Docendi (2006): 143-153.
¹⁶Garwood, Russell J., y Jason Dunlop. «La reconstrucción tridimensional y la filogenia de los órdenes de quelicerados extintos». PeerJ 2 (2014). doi:10.7717/peerj.641.
¹⁷ Springer, Mark S., Gregory C. Cleven, Ole Madsen, Wilfried de Jong W., y et al. «Endemic African Mammals Shake the Phylogenetic Tree». Nature 388, no. 6637 (Jul 03, 1997): 61-4. doi:http://dx.doi.org/10.1038/40386. https://search.proquest.com/docview/204499119?accountid=10267.
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