Novedad de este mes: El autocontrol – o la falta de él
¿Cómo sería el mundo si todos actuáramos según cada impulso? Si los adultos no tuvieran autocontrol? Observa a un par de niños de 17 meses y en poco tiempo tendrás una idea: el caos. Los niños no nacen con autocontrol, así que cuando tu hijo pequeño tiene hambre, quiere comer… inmediatamente. Cuando quiere el juguete con el que está jugando su amigo, lo quiere… ¡ahora mismo! No entiende que gritar no hará que la comida llegue antes (aunque este método funcionaba cuando era un recién nacido), ni que coger a la fuerza un juguete va a molestar a su compañero de juego.
Lo que puedes hacer
Como los niños pequeños quieren lo que quieren cuando lo quieren (¡con pasión!), explicarles las consecuencias de sus actos no te dará resultados inmediatos. Pero adelante, inténtalo. Explicar las cosas con voz tranquilizadora es una buena práctica para el futuro y, si lo haces con mucho afecto y contacto físico, facilitarás que tu hijo pequeño se quede tranquilo cuando tenga que esperar un poco o cooperar contigo.
Aunque a veces parezca imposible, si eres cariñosa y paciente cuando tu hijo pequeño se pone más a prueba, puede que descubras que está más dispuesto a calmarse. Intenta mostrar tu alegría cuando tu hijo pequeño coopere y cumpla con tus peticiones, pero prepárate para apartarle de la situación si no lo hace.
Otros avances: Cómo domar las rabietas
¡Rápido! Cuál es la forma más rápida de parar una rabieta? Ceder a las exigencias de tu hijo pequeño, ¿verdad? Ahora, ¿cuál es la mejor manera de garantizar que las rabietas continúen? Lo mismo. Si recompensas a tu hijo por «parar» su rabieta, se dará cuenta rápidamente. Y tendrá rabietas sólo para conseguir lo que quiere. Pero si simplemente ignoras la rabieta, lo cual puede ser difícil de hacer a veces, aprenderá igual de rápido que ese comportamiento no te conmueve y probablemente dejará de hacerlo. Si estás en un lugar público, como un restaurante o una tienda, lo mejor es que te vayas con él hasta que se calme.
Puede ayudarte a lidiar con las rabietas de tu hijo pequeño si entiendes lo que hay detrás de ellas, al menos en parte. A los 17 meses un niño puede querer dominar el apilamiento de cinco bloques uno encima de otro. O se empeña en ponerse sus propios zapatos, montar en la bicicleta de su hermana mayor o comer con tenedor. Cuando no puede, se frustra. Es más probable que las rabietas se produzcan cuando tu hijo tiene hambre, está cansado o demasiado estimulado. A veces, una rabieta es una petición de atención: un abrazo tranquilizador y tu atención exclusiva pueden hacer que los nubarrones desaparezcan.
Las rabietas no son fáciles para los padres. Puede ser duro escuchar muchos llantos, o que tu hijo se enfade contigo. Pero las rabietas son una parte completamente normal del desarrollo de los niños pequeños.
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