Chica joven con brackets revoloteando su cabello oscuro

Imagínese esto: Acabas de terminar un año o más de tratamiento de ortodoncia y estás absolutamente emocionada de decir adiós para siempre a tus brackets o alineadores transparentes. Pero, ¡espera! Tu dentista te dice que ahora tienes que llevar un retenedor… ¿permanentemente? Puede que te sientas un poco sorprendido, o al menos un poco decepcionado ante esta perspectiva, pero es un simple hecho de la ortodoncia.

Es normal que los dientes sigan desplazándose con el paso de los años. Sería estupendo que supieran todo el esfuerzo que has hecho para alinearlos y se mantuvieran así, pero, por desgracia, no es así como funciona el cuerpo humano. Si quieres mantener tu sonrisa recta, llevar un retenedor es un paso importante después del tratamiento. Pero, como se explica en esta entrada del blog, hay algunos casos en los que puede ser necesario retirar el retenedor permanente.

Acerca de los retenedores permanentes

Inmediatamente después de completar su tratamiento de ortodoncia, debe recibir algún tipo de retenedor para preservar los resultados del tratamiento. Una opción es un retenedor permanente, también conocido como retenedor fijo o retenedor adherido. Este tipo de retenedor es aquel en el que un alambre, normalmente de acero inoxidable, se pega a la parte posterior de tus dientes, el lado de la lengua. Se fija en su sitio y no es visible cuando sonríes o hablas. La mayoría de las veces, se colocan en los dientes inferiores delanteros.

Razones para retirar un retenedor permanente

Su dentista u ortodoncista es quien mejor puede juzgar si necesita reemplazar o puede retirar su retenedor permanente. Por lo general, se recomienda mantenerlo durante toda la adolescencia y hasta los veinte años, ya que es cuando la mandíbula sigue creciendo y desplazándose. En realidad, cuanto más tiempo lo lleves puesto, mejor, ya que es una forma fácil de mantener el enderezamiento de los dientes en comparación con los retenedores extraíbles, que tienes que acordarte de ponerte y quitarte, y mantenerlos limpios.

Aquí tienes algunas razones comunes por las que podrías querer quitarte un retenedor permanente:

  • Tu retenedor se ha dañado. (Por ejemplo, una parte se ha desprendido o el alambre se ha roto.)
  • Sientes dolor en la boca debido a la presión.
  • Tienes una acumulación de sarro (placa endurecida) alrededor del retenedor que debe limpiarse adecuadamente.

Si necesitas quitarte un retenedor permanente, recuerda que debes dejarlo en manos de un profesional dental. Ellos se desharán del cemento adhesivo, quitarán el retenedor y dejarán sus dientes limpios y pulidos… y lo más importante, ¡libres de daños!

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