Una mujer de 88 años ingresó por dolor epigástrico postprandial, falta de apetito, pérdida de peso y fiebre desde hacía 6 semanas. En la exploración física, se palpaba una masa tubular en la parte superior del abdomen; aunque dolorosa, la masa no era sensible. Los resultados de la bioquímica hepática y de las enzimas pancreáticas eran normales. La TC ( A y B) demostró una dilatación significativa (4 cm) de todo el conducto pancreático principal ( asterisco), con atrofia severa del parénquima pancreático ( flechas pequeñas). No se documentaron masas pancreáticas ni duodenales, y no se observó dilatación de la vía biliar. La CPRE reveló un orificio de papila mayor agrandado con salida espontánea de moco ( C). La pancreatografía ( D) confirmó la dilatación significativa del conducto pancreático principal y mostró que estaba lleno de moco, que se extrajo utilizando un balón de extracción. Las ramas laterales del conducto pancreático estaban dilatadas principalmente en el cuerpo y la cola de la glándula ( flechas). No se identificó ninguna estenosis. Se propuso el diagnóstico de neoplasia mucinosa papilar intraductal. Se colocó un tubo de drenaje nasopancreático de 7F para el lavado del conducto con solución salina, tras lo cual la masa abdominal no cambió sustancialmente de tamaño, aunque el estado de la paciente mejoró ligeramente al cabo de 3 días. Se retiró el drenaje y el paciente fue dado de alta. A pesar de que la neoplasia mucinosa papilar intraductal es una afección premaligna, no se ha programado una intervención quirúrgica para esta paciente debido a su edad y a sus condiciones de salud comórbidas; en su lugar se ha planificado un seguimiento clínico.