Una pareja de Long Island dice que el jueves pasado les cayeron residuos del baño de un avión que pasaba por encima. Al principio, el marido identificó el líquido verde-negruzco como aceite, pero dice que un oficial de policía en la escena no estuvo de acuerdo, diciendo: «Sí, parece que hubo un incidente …. Se han derramado algunos excrementos del lavabo». ¿Los aviones vierten alguna vez sus residuos durante el vuelo?

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No intencionadamente. Los inodoros de los aviones utilizan un «sistema cerrado de residuos», que funciona de forma muy parecida a los inodoros comunes de las casas y vierte las aguas residuales en un tanque de aguas residuales a bordo, o el más moderno «sistema de residuos al vacío», que aspira las aguas residuales en el tanque. Mientras está en el aire, este último se alimenta de la diferencia entre la presión del aire en el exterior del avión y en el interior de la cabina, y produce un rugido de vacío cada vez que un pasajero activa la descarga. (El ruido puede hacer que parezca que el inodoro está expulsando sus residuos a la atmósfera, pero no es así). En circunstancias normales, el personal de tierra se deshace de las aguas residuales después de que el avión aterrice. Aunque el piloto y los auxiliares de vuelo quisieran vaciar el tanque en pleno vuelo, no podrían, ya que la válvula se encuentra en el exterior del avión y sólo puede abrirla el personal de tierra.

Los residuos pueden filtrarse por los tanques en un avión que funciona mal. Esto ocurre cuando un tanque de aguas residuales o un tubo de drenaje desarrolla una fuga, lo que suele dar lugar a lo que los expertos en viajes aéreos denominan «hielo azul», que es lo que se obtiene cuando el líquido azul de tratamiento de residuos de un inodoro de avión se expone a temperaturas de congelación a gran altitud. El hielo azul suele acumularse y permanecer en el exterior del avión, pero a veces se desprende antes del aterrizaje. Cuando el hielo azul se desprende, suele fundirse y evaporarse antes de llegar al suelo. Sin embargo, no siempre es así: Al parecer, una pareja de Leicester (Inglaterra) estaba «disfrutando del buen tiempo» en su jardín cuando un poco de hielo azul golpeó el tejado de su casa, se rompió y cayó sobre sus cabezas. El marido dijo que el hielo desprendía «un olor especialmente penetrante a orina» cuando empezó a descongelarse. (La sustancia aceitosa de color verde negruzco que cayó sobre la pareja de Long Island no coincide con las descripciones comunes del hielo azul).

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Las fugas de residuos son también un grave problema de seguridad en el aire. Se sabe que el hielo azul ha dañado a las aeronaves, y en un caso incluso se desprendió un motor del ala. La Administración Federal de Aviación dice que algunos residuos azules que caen podrían no ser más que excrementos teñidos de un ave migratoria que casualmente ha comido una fruta de color azul.

La micción en vuelo ha sido objeto de curiosidad desde que existen las compañías aéreas. Después de completar su famoso vuelo transatlántico a París, Charles Lindbergh recibió una audiencia con el rey Jorge V. Según los relatos del encuentro, el rey se inclinó hacia delante y preguntó: «Hay una cosa que anhelo saber. ¿Cómo has orinado?». Lindbergh explicó que había un embudo enganchado a su asiento de mimbre, que dirigía sus residuos a un recipiente de aluminio. Del recipiente de aluminio dijo: «Se me cayó la cosa cuando estaba sobre Francia».

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Algunos otros vehículos vierten intencionadamente los residuos mientras están en tránsito. Los cruceros, que pueden considerarse como pequeñas ciudades en el mar, vierten habitualmente miles de galones de aguas residuales humanas al día. Hasta los años 90, los trenes estadounidenses solían arrojar sus residuos a las vías, simplemente pidiendo a los pasajeros que no usaran el baño mientras el tren estaba en la estación, y esto sigue siendo habitual en algunas partes del mundo. Ahora almacenan los residuos en un tanque de retención a bordo. A bordo de la Estación Espacial Internacional, los residuos sólidos de los astronautas se embolsan de forma hermética y se devuelven a la Tierra en un vehículo no tripulado. (Se queman durante el reingreso.)

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