Un litro de agua pesa exactamente un kilogramo.
Parece una casualidad, pero no lo es, ya que el hecho de que un litro de agua (tiene que ser exactamente pesada a 4° centígrados) fue determinada por una unidad de volumen, más específicamente un decímetro cúbico.
La definición de gramo – extraída de la Definición Internacional de Medidas dictaminada en 1795 en Francia – dice: el kilogramo es el peso absoluto de un volumen de agua pura igual a un cubo de la centésima parte de un metro, a la temperatura de fusión del hielo.
Y un cubo de la centésima parte de un metro, es un decímetro cúbico. Lo que hicieron en Francia hace más de 200 años fue estandarizar las medidas de peso, dimensión y volumen. Pero lo interesante fue que usaron una muy astuta asociación en base 10, por lo que la cantidad de agua que entra en 1 decímetro cúbico, es un kilogramo y un litro.
Entonces, gracias a que el metro es la unidad de medida que en este caso se toma respecto a un valor conocido (recordemos que el metro es la 1 parte en 10 millones de la distancia entre el polo norte y el ecuador terrestre, usando el meridiano que pasa por París) se pudo asociar y agregar la medida de masa utilizando un valor que nunca cambia y existe en todo el mundo como el agua.
Es decir, allá en Francia en 1795 necesitaban que la unidad de medida de masa pueda determinarse a partir del recién creado metro y para hacerlo «dimensionable» usaron un cubo de 10 cm x 10 cm x 10 cm y dijeron «lo que entre aquí de agua a 4° centígrados» será un kilogramo de masa.
A partir de esta nueva medida de masa llamada kilogramo se pudieron determinar otras submedidas de masa que dependen del mismo, como la tonelada (1.000 kilogramos) y el gramo (1 parte en 1.000 de un kilogramo).
Por consecuencia, una tonelada de agua ocupa un volumen de 1 metro cúbico (1.000 decímetros cúbicos) y un gramo solamente ocupa un volumen de 1 centímetro cúbico.
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