Debido a que el SII es una enfermedad crónica, es posible que no desaparezca por completo. Sin embargo, la medicación y los cambios en el estilo de vida pueden ayudarle a controlar la afección y a reducir la frecuencia de los ataques.

Evite los alimentos desencadenantes

Lo que come puede desencadenar un ataque, por lo que su médico puede sugerirle cambios en la dieta. Los alimentos que desencadenan el SII difieren de una persona a otra. Pero, por lo general, los alimentos y las bebidas que provocan los síntomas son:

  • bebidas carbonatadas
  • alcohol
  • cafeína
  • ciertas frutas y verduras

Probar una dieta de eliminación

Es importante identificar sus desencadenantes individuales. Para ello, su médico puede recomendarle una dieta de eliminación. Esto implica:

  • suprimir ciertos alimentos y bebidas de su dieta
  • monitorear sus síntomas para ver si mejoran
  • reintroducir lentamente estos alimentos de uno en uno

Llevar un diario de alimentos para controlar lo que come y bebe y registrar cualquier síntoma de SII que desarrolle. Esta técnica ayuda a identificar los alimentos o bebidas que provocan sus ataques.

Una dieta de eliminación podría revelar una sensibilidad al gluten. Si es así, mantener una dieta sin gluten puede mejorar sus síntomas. Si vuelve a introducir el trigo, la cebada o el centeno en su dieta, sus síntomas podrían volver a aparecer.

De forma similar, sus síntomas podrían mejorar si evita las verduras con alto contenido de gas como la col, la coliflor y el brócoli.

Tenga en cuenta la sensibilidad a los carbohidratos

Tenga en cuenta que un ataque de SII también podría producirse si es sensible a ciertos carbohidratos. Estos se conocen como FODMAPS (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) e incluyen:

  • lactosa
  • fructosa
  • fructanos
  • carbohidratos similares

Los alimentos que contienen FODMAPS incluyen:

  • cebollas
  • ajo
  • col
  • brócoli
  • coliflor
  • ciruelas
  • duraznos
  • manzanas
  • peras
  • productos lácteos
  • jarabe de maíz de altajarabe de maíz con fructosa
  • zumo de fruta concentrado
  • mentas sin azúcar

Si el SII interfiere con la actividad diaria normal, la eliminación de estos alimentos puede ofrecer un alivio a largo plazo. Es importante llevar una dieta equilibrada, así que hable con un dietista antes de hacer cualquier cambio significativo en su dieta.

Una dieta para el SII puede parecer restrictiva, pero hay muchos alimentos que se pueden comer sin problemas. Entre ellos se encuentran las frutas con menos fructosa, como los plátanos, el melón y las uvas. Otras opciones seguras son:

  • espinacas
  • zapatos
  • calabacines
  • quinoa
  • avena
  • azúcar
  • jarabe de arce

Probar medicamentos

Si sus síntomas no mejoran después de hacer cambios en la dieta, los medicamentos de venta libre y con receta pueden ayudar a controlar sus síntomas. Un suplemento de fibra puede aliviar el estreñimiento crónico. Su médico también puede sugerirle un laxante.

Manejar un ataque de SII puede ser un reto por la noche y mientras se trabaja. Si tiene SII con diarrea, tomar periódicamente un medicamento antidiarreico de venta libre puede controlar los síntomas. Su médico puede recetarle un aglutinante de ácidos biliares para favorecer los movimientos intestinales sólidos.

También puede hablar con su médico sobre los medicamentos para tratar el dolor asociado al SII. Las opciones incluyen pregabalina (Lyrica) o gabapentina (Neurontin). Dado que la ansiedad y la depresión pueden empeorar los síntomas del SII, su médico también puede recomendarle un antidepresivo.

Los medicamentos aprobados específicamente para el tratamiento del SII incluyen:

  • alosetrón (Lotronex)
  • eluxadolina (Viberzi)
  • rifaximina (Xifaxan)
  • lubiprostona (Amitiza)
  • linaclotida (Linzess)

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