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Tipos de catástrofes

Has oído la palabra «catástrofe», pero ¿qué significa exactamente? Puede que tu madre haya llamado desastre a tu habitación («¡limpia!»), pero un desastre de verdad es algo serio.

Hay desastres naturales, como un huracán, un terremoto, un tornado o un tsunami (una gran marea de agua procedente del océano), que ocurren por el clima u otras condiciones naturales. Las personas también pueden provocar catástrofes, como causar un vertido de petróleo que contamine el medio ambiente o provocar un incendio forestal.

Podrías preguntarte: ¿Y si eso ocurriera en mi ciudad? Dependiendo de dónde viva una persona, algunos tipos de desastres naturales tienen más probabilidades de ocurrir que en otros lugares. Por ejemplo, los huracanes ocurren en zonas costeras.

Esté preparado

Viva donde viva, es bueno estar preparado para una emergencia. Probablemente ya hayas vivido algo así: quizá se haya ido la luz durante mucho tiempo o haya habido una gran tormenta de nieve.

Las familias pueden tomar medidas sencillas para estar preparadas para una emergencia, como tener una radio a pilas, linternas, agua embotellada y comida extra a mano.

Saber que tu familia tiene un plan puede ayudarte a sentirte más seguro y protegido. Los adultos son los encargados de estos planes, pero puedes preguntar a tus padres si tienen un plan y un kit de emergencia.

Algunos preparativos son iguales para todos (linternas, etc.), pero otros planes serán diferentes dependiendo del tipo de problema que pueda afectar a tu zona. Por ejemplo, si vive en un lugar donde a veces hay tornados, el plan significa saber que hay que escuchar la radio para ver si hay avisos de tornado e ir a la parte más segura de la casa hasta que pase.

Si su familia quiere saber más sobre cómo estar preparados, organizaciones como la Cruz Roja Americana pueden ayudar.

En una tormenta fuerte o un desastre grave, es importante recordar que muchas personas están pendientes de ti, incluidos los padres, los agentes de policía, los bomberos, los médicos, las enfermeras y otras personas que están capacitadas para manejar las emergencias. Cuando ocurre una catástrofe, verás a estas personas en las noticias ayudando a la gente.

Lo que puedes hacer

Ver que se cuida a la gente en una catástrofe puede hacernos sentir un poco mejor. Pero ¿qué más puedes hacer si te sientes preocupado, molesto o simplemente curioso?

Aquí tienes algunas ideas:

Habla de tus sentimientos.

Es bueno compartir lo que sientes con uno de tus padres u otro adulto de confianza. Está bien hacer preguntas y preguntarse por qué ha pasado esto. También está bien que te sientas triste, incluso si no vives cerca de donde ocurrió el desastre. Recibe también unos cuantos abrazos extra de tu madre o tu padre.

Sé creativo.

Puede parecer gracioso, pero hacer un dibujo o escribir un poema puede ser útil en momentos de tristeza. ¿Por qué? Porque consigues expresar cómo te sientes.

Limita las informaciones de radio, Internet y televisión.

Puede ser difícil evitar las noticias sobre lo que está pasando. Pero demasiadas no son buenas para los niños ni para los adultos. Recuérdales esto a tus padres también.

¿Qué puedes hacer en su lugar? Cualquier cosa que te haga sentir bien: salir a la calle, leer un libro, hacer una manualidad.

Ayudar a los demás.

Es una gran idea encontrar una forma de participar. No sólo ayudarás a las personas que necesitan comida, ropa y refugio, sino que te sentirás mejor porque estás echando una mano.

Puede recaudar dinero o reunir suministros a través de su iglesia o escuela, o donando a una organización de ayuda en caso de desastre, como:

  • Cruz Roja Americana, o (800) HELP-NOW
  • Save the Children, o (800) 728-3843
  • UNICEF, o (800) 4UNICEF

Saber que la curación se producirá.

Ahora ya sabes que es normal sentirse triste por las catástrofes, aunque estés bien y vivas lejos. También debes saber que los sentimientos de tristeza que tienes mejorarán con el tiempo.

Aunque sea difícil de creer, incluso las personas que más perdieron en un desastre se sentirán mejor algún día. Llevará mucho tiempo, pero poco a poco irán sanando gracias a las personas que les ayudan y cuidan.

Revisado por: Mary L. Gavin, MD
Fecha de revisión: Agosto 2017